"Si el mundo no puede protegernos, al menos debe abrirnos las puertas"

Estrasburgo

Las dos yazidies supervivientes del genocidio cometido por Daesh recogen el Sajarov pidiendo a Europa que se comprometa a que algo así nunca vuelva a pasar, y a ayudar a otros supervivientes que siguen en manos del grupo terrorista o en campos de refugiados.

Nadia Murad y Lamiya Aji Bashar han recogido el premio Sajarov, concedido por el Parlamento Europeo a quienes luchan por la libertad de expresión y conciencia, recordando que lo hacen no por sus historias personales, sino en nombre de su pueblo. Un pueblo que a día de hoy sigue sufriendo en el Norte de Irak a manos de Daesh, pero también por el abandono de las autoridades iraquíes.

Ataviadas con trajes yazidies tradicionales, Nadia y Lamiya han relatado ante los parlamentarios el horror por el que han pasado desde el verano de 2014, cuando el grupo fanático se hizo con el control de la zona en que viven los yazidies. "Daesh acabó con la vida de mi madre, que era la que me hizo creer en la humanidad -relata Nadia-, porque para ellos su vida no tenía ningún valor".

Las dos, que eran adolescentes estudiando en el instituto y que nunca habían salido de su zona, vieron morir a los varones de su familia. Daesh asesinó a todos los hombres del pueblo de Kocho. Pero era sólo el comienzo de su pesadilla, porque mujeres y niños fueron secuestrados y llevados a la zona de Mosúl, donde fueron separados de sus familias y esclavizados. Las mujeres utilizadas como mercancía, como objetos sexuales y violadas salvajemente. "Nuestro pueblo había convivido durante siglos con nuestros vecinos árabes, dice Lamiya. Pero cuando llegó Daesh fueron nuestros vecinos los primeros que vinieron a atacarnos, violarnos o esclavizarnos".

Por eso su compañera Nadia se pregunta si los yazidies tienen futuro en un país que no les quiere. "Si el mundo no puede proteger a los yazidies en nuestra tierra, al menos debe abrirnos las puertas para que nos protejamos", dice refiriéndose a la situación de los 3.500 yazidies que se calcula que siguen en manos de Daesh o a los varios miles que, si bien han huido de la zona de ese grupo, siguen viviendo en campamentos en el Kurdistán iraquí, o en varios cientos de casos en suelo europeo, en campos  de refugiados en Grecia.

"Lo más urgente, explica la eurodiputada socialista Elena Valenciano, es ayudar a esos yazidies que ya están en Europa, reubicándolos en países de la Unión". Valenciano, que como miembro del subcomité de Derechos Humanos del Parlamento Europeo es una de las responsables de haber promovido esta candidatura, recuerda al gobierno español su compromiso incumplido para ayudar a Grecia, donde más de 50.000 refugiados siguen a la espera de ser repartidos en diferentes países de la Unión.