Rajoy autoriza la creación de una nueva fundación en el PP que sustituya a FAES
Génova estudia si crea una nueva por completo o aprovecha alguna afín. En la tradicional copa de Navidad de La Moncloa, el jefe del Ejecutivo no quiso hablar de Aznar. Los suyos reconocieron que el expresidente de honor del PP había "eclipsado" el viaje de Rajoy a la ONU
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante la rueda de prensa ofrecida tras el Consejo de Seguridad de la ONU. / JuanJo-Martin (EFE)
Madrid
Tras la ruptura total con José María Aznar, Mariano Rajoy ha autorizado a Génova para que se ponga en marcha una fundación que reemplace a FAES. En la sede nacional lo están planificando. Ya se ha dado la orden para que se estudie qué es lo que puede ser mejor: si crear una nueva por completo o aprovechar alguna afín, ligada a los populares.
Desde el Comité de Dirección reconocen que les hace falta un think tank que aporte material ideológico al partido. Y también que les vendrá bien "para defenderse" de los futuros ataques de su expresidente de honor. Además, creen que no se deben desaprovechar los fondos públicos que se destinan a las fundaciones vinculadas a lo partidos políticos
Los que rodean al presidente del Gobierno cuentan que, en todo caso, ésta no empezará a funcionar hasta después del Congreso Nacional de su partido en febrero. No quieren que este tema sea noticia en el cónclave. Al igual que el puesto que deja Aznar. Se ha pensado que lo mejor sería suprimirlo. Pero puede que simplemente quede vacante precisamente para que esos días nadie titule con ello y así recuerde su ausencia.
En la tradicional copa de Navidad de la Moncloa, Rajoy no quiso hablar sobre su antecesor en el cargo. Reconoció que su renuncia a la presidencia de honor del PP no le había pillado por sorpresa y poco más. Su comentario fue: "Sobre ese asunto sólo voy a decir una cosa: nada". De esa forma, tan rotunda, zanjó la cuestión.
Algunos de sus colaboradores aseguraron que ambos habían conversado en varias ocasiones en los últimos meses. Y también reconocieron que el anuncio del expresidente había "eclipsado" el viaje de Rajoy a Nueva York para presidir la sesión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Hubo quien llegó a señalar que le parecía "de muy poca vergüenza" el momento escogido porque con ello sólo podía perjudicar la proyección internacional de su sucesor.
Rajoy prefirió hablar de otros temas. Sobre todo de la tragedia de Berlín. Contó que había conversado con Merkel y destacó que, en su opinión, la canciller alemana había sufrido unos "ataques brutales" por parte de la extrema derecha.
También Soraya Sáenz de Santamaría guardó silencio sobre Aznar. Ella sólo quería hablar de su reunión con los consejeros de presidencia de las Comunidades Autónomas. Venía de preparar con ellos la conferencia de presidentes del próximo 17 de enero. Y estaba contenta a pesar de las ausencias de Cataluña y País Vasco porque ya se había cerrado una agenda con ocho puntos en los que se podía alcanzar el acuerdo. No dio detalles, pero sí citó, por ejemplo, financiación, bono social o educación.
La que sí se pronunció sobre el expresidente de honor fue María Dolores de Cospedal, quien acudió a esta cita por primera vez como ministra de Defensa. Explicó que ella, como secretaria general, llevaba un año negociando el divorcio entre PP y FAES y, por eso mismo, dijo que no le había extrañado mucho el desenlace.
