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Refugiados y toxicómanos en el mismo centro

Trabajadores de Dianova advirtieron al Gobierno de las irregularidades desde junio de 2016

Comunicaron al Ministerio de Empleo y Seguridad Social la falta de personal y la mala atención a los refugiados que convivían con los toxicómanos pero no recibieron respuesta

La mayoría de empleados de la asociación que presentaron la queja formal ante el Ministerio han sido despedidos por la asociación “por represalias”. Denuncian falta de personal y una pésima atención desde la directiva de la Asociación especializada en la rehabilitación de toxicómanos

Las quejas de los técnicos de la asociación no sólo proceden del polémico centro de atención a drogodependientes de Madrid

El centro de Dianova en Ambite (Madrid) / GOOGLE STREET VIEW

Madrid

Decenas de extrabajadores de Dianova se han puesto en contacto con la Cadena SER tras la publicación de la noticia de las irregularidades en el trato a refugiados en el mismo centro en el que convivían con drogodependientes a las afueras de Madrid y corroboran las quejas de los refugiados.

“Es verdad que compartían espacios niños y drogodependientes. Se intentaban que no coincidieran a las mismas horas pero es verdad que convivían menores con drogodependientes en espacios comunes, eso es así. Nosotros en las reuniones de equipo discutíamos a la dirección que desde el punto de vista de la intervención social no es productivo que los niños se mezclen con drogodependientes y gente tan variopinta porque sufren mucho. Intentamos cambiarlo, tener más medios, exigir más trabajadores, y desde 2014 cuando algunos entramos en el programa de atención humanitaria se nos dijo que el programa de drogodependientes iba a salir del recinto y se lo iban a llevar a otro pero eso nunca ocurrió", denuncia una exempleada de Dianova despedida en el mes de septiembre por discutir a la dirección lo que estaban haciendo con migrantes y refugiados.

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Su caso no es una excepción, muchos de estos exempleados renunciaron a sus puestos o fueron despedidos por protestar por las malas condiciones en las que esta asociación acogía a estas familias que buscaban en España protección internacional. No solo corroboran las denuncias de los usuarios sino lo que es más preocupante, advirtieron a través de una queja formal al Ministerio de Empleo y Seguridad social desde junio del año pasado de todo lo que pasaba y no recibieron respuesta.

“En junio decidimos presentar una queja formal ante el Ministerio viendo que no se cumplía que el programa de drogodependencia saliera fuera , decidimos dada la crispación, decidimos hacer esa queja formal ante el Ministerio contando todo, absolutamente con todos los detalles sobre las irregularidades con los trabajadores y lo mal que podíamos dar el servicio en el centro pero la falta de personal se estaba dando circunstancias a las que no podíamos enfrentarnos y nos dirigimos al Ministerio que da la subvención a Dianova y no obtuvimos respuesta. En diciembre insistimos y se nos contestó por fin diciendo que estaban en ello”, es decir pasaron 6 meses hasta que el Ministerio se dio por enterado de la queja de los trabajadores.

“Varias de las personas que presentamos esas quejas hemos sido despedidas. Otras que estaban de baja, entre ellas tres compañeras embarazadas, también fueron despedidas por discutir el modelo “ lamenta esta antigua trabajadora del centro de Ambite a las afueras de Madrid, que describe un clima de trabajo muy malo y en el que no se podía discutir las decisiones de la dirección de Dianova por miedo a represalias.

Estos profesionales, muchos de ellos con miedo a hacer declaraciones públicas , describen como en el centro no se cumplían con los mínimos requerimientos técnicos, “el ratio de trabajadores y usuarios no se cumplía para nada, estamos hablando que había un educador y un técnico para 200 personas cuando en Madrid en pisos gestionados por otras ONG para ayuda humanitaria o protección internacional otras organizaciones tienen a un educador por cada cuatro o cinco personas. Nosotros eramos 2 o 3 personas por turno para más de 200 personas” recalcan los exempleados de Dianova.

Integradora social “por lo que he podido vivir puedo decir que no tienen ratio de trabajadores necesarios, que no se dan las ayudas necesarias, hay una política de ahorro brutal, hacían esperar a los chicos para recibir las ayudas que le corresponden, dinero para la alimentación o para que les tramitaran el abono transportes, teníamos que estar todo el día peleando para comprar material o para pedir esas ayudas. No se cubrían las bajas. La persona que escuche esto y que tenga voz y manda para decidir las subvenciones deberían tomar cartas en el asunto”.

Después de 6 meses de la primera queja formal por escrito ha sido sólo hace unas semanas, en diciembre, después de una segunda queja por escrito de varios exempleados de Dianova, cuando el Ministerio les ha respondido que están investigándolo.

Es decir, el Ministerio no sólo conocía este problema por los refugiados, el ACNUR, Aministía Internacional o el Defensor del Pueblo sino por los propios trabajadores. Sin embargo, sigue manteniendo las subvenciones a esta asociación.

Las quejas de los técnicos de la asociación no sólo proceden del polémico centro de atención a drogodependientes de Madrid.

 
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