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Congreso del PP

Aumenta la presión del PP sobre Cospedal para evitar que sea Rajoy quien mueva ficha

Los populares dicen que como el presidente nunca echa directamente a nadie, la estrategia va a ser la de ir apretando las tuercas para que "capte el mensaje" y deje la Secretaría General por voluntad propia

Dentro del PP hay quien cree que detrás de la campaña contra Cospedal está Sáenz de Santamaría porque quiere ver a Alfonso Alonso en su puesto

Rajoy ha dado una instrucción: dejar aparcado el debate de los nombres hasta el final

La secretaria general del Partido Popular (PP), María Dolores de Cospedal, en una imagen de enero de 2016. / EFE/Chema Moya

Madrid

Varios dirigentes populares admiten a la Cadena SER que en el PP se ha orquestado una campaña para que María Dolores de Cospedal deje de ser la secretaria general. Y hay quien apunta que Soraya Sáenz de Santamaría está detrás de ella porque lo que quiere es impulsar a Alfonso Alonso -el exministro de Sanidad que ahora lidera a los populares vascos- como número dos del partido. De lograrlo sería una victoria total de la vicepresidenta del Gobierno en la guerra abierta que ambas mantienen desde hace años.

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Eso es lo que circula en estos momentos por la formación conservadora en la que muchos critican a la ministra de Defensa por compaginar puestos y, sobre todo, por "forzar hasta la extenuación un cargo que es de confianza, comprometiendo de esa forma a Mariano Rajoy".

Algunos populares señalan que Cospedal no tiene apoyos. Inciden en que ya se lleva cuestionando su gestión desde hace tiempo y, por eso, piensan que "no va a funcionar" como se la imponga para otros cuantos años más. Pero los suyos resaltan que cuenta con el respaldo más importante: el del jefe del Ejecutivo, quien hace unos días, en una entrevista en el Faro de Vigo, dijo de ella que "acredita méritos para desempeñar con éxito cualquier tarea y más de una también".

Aunque la opinión mayoritaria en sus filas es que debería dar "un paso a un lado". Y, por lo visto, esa es la estrategia. Ya es sabido que Rajoy no echa directamente a nadie. Que su método es otro. De modo que la presión irá en aumento, desde ahora hasta el Congreso Nacional. Quieren que ella "capte el mensaje" y lo haga por voluntad propia. Algo que para los que la conocen bien, sólo servirá para que resista aún más.

El PP cree que lo mejor sería cerrar este tema de una vez por todas pero cuando a Rajoy se le pregunta por ello nunca ratifica a Cospedal. De modo que la incógnita sigue abierta, alimentando la polémica y contribuyendo a su desgaste. Y lo peor es que todo esto va a contaminar el cónclave de febrero. "No se va a hablar de otra cosa. Va a tapar cualquier idea o propuesta que hagamos", explica un diputado. Y es seguro que se tratarán las incompatibilidades porque ya se han presentado enmiendas.

En cualquier caso, los colaboradores del presidente prefieren no adelantar acontecimientos. Recuerdan que a él no le gustan mucho los cambios y que todavía queda un mes por delante para la cita. Además, ha dado una instrucción importante: hay que dejar aparcado el debate de los nombres hasta el final.

 
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