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Israel aprueba la polémica ley ante la repulsa del mundo y el silencio de Trump

Una peligrosa ley que tendrá consecuencias legales para Israel y aleja aún más la solución de dos Estados: así ha reaccionado buena parte de la comunidad internacional tras la aprobación, el lunes por la noche, de una ley que regulariza miles de viviendas de colonias erigidas en tierra privada palestina

Nuevas construcciones en el asentamiento de Kiryat Arba cerca de Hebrón, Cisjordania (Palestina) / ABED AL HASLHAMOUN EFE

Jerusalén

“Esta norma contraviene la legislación internacional y tendrá consecuencias legales para Israel”, ha dicho el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en un comunicado. A ojos de la comunidad internacional todos los asentamientos israelíes en Cisjordania y Jerusalén-Este se oponen al derecho internacional

“Es un nuevo ataque a la solución de dos Estados”, uno israelí y otro palestino, ha lamentado el presidente francés, François Hollande, instando al gobierno de Benjamin Netanyahu a dar marcha atrás y dejar sin valor esta ley. “La ley allana el camino para un crecimiento significativo de los asentamientos en Cisjordania, lo cual amenaza la viabilidad de una solución de dos Estados”, han opinado responsables británicos.

El diario israelí Haaretz afirma por su parte que una cumbre entre Israel y la Unión Europea (UE) prevista el 28 de febrero, será pospuesta debido a la aprobación de esta ley.

La polémica ley aprobada por el Parlamento israelí regulariza con carácter retroactivo medio centenar de asentamientos considerados ilegales por la justicia israelí por situarse en tierras privadas palestinas y haberse establecido sin ninguna autorización oficial. La ley, que prevé también indemnizaciones para los propietarios palestinos, beneficiaría a unas 4.000 viviendas, según la ONG israelí contraria a la ocupación Peace Now.

Se trata de la primera vez que el Parlamento israelí legisla sobre la tierra palestina de Cisjordania, una zona ocupada donde rige la ley militar y donde el Parlamento no tiene en teoría soberanía. Por esta razón los palestinos y la comunidad internacional ven en esta norma el inicio de la temida anexión de Cisjordania a Israel.

El borrador de esta nueva ley fue lanzado hace algunas semanas por el partido nacionalista y defensor de las colonias Hogar Judío, que forma parte de la coalición gubernamental. Fue aprobado en primera lectura antes de que Barack Obama dejara el poder, el pasado 20 de enero, pero recibió numerosas críticas dentro y fuera de Israel y no fue sometido a las lecturas posteriores en la Cámara de Diputados.

Policías fronterizos israelíes conversan mientras vigilan, con el asentamiento israelí de Ofra al fondo, durante la demolición del asentamiento ilegal judío de Amoná, en Cisjordania / ABIR SULTAN

Sin embargo, el nuevo gobierno estadounidense no se ha pronunciado hasta el momento sobre la aprobación de esta ley. Con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, el gobierno israelí siente que tiene carta blanca para seguir adelante con sus planes de expansión de los asentamientos. En las últimas dos semanas, se han autorizado 6.000 nuevas casas en colonias de Jerusalén-Este y Cisjordania y se ha anunciado la construcción de un nuevo asentamiento, algo que no ocurría desde los años 90.

La ley y la decisión del gobierno israelí de construir nuevas viviendas en diferentes colonias “es una agresión contra nuestro pueblo a la que nos opondremos en instituciones internacionales”, ha dicho el presidente palestino Mahmud Abbas este martes, tras una reunión con el presidente francés en París.

Para la oposición israelí y organizaciones que se oponen a la ocupación, esta ley es “un golpe fatal para la democracia”. “Israel no tiene intenciones de poner fin a su control sobre los palestinos y al robo de sus tierras. Vestir con un aura de legalidad este saqueo es una desgracia para nuestro Estado”, ha denunciado la ONG israelí Btselem.

Para los responsables palestinos, todos los asentamientos en Cisjordania y Jerusalén-Este sin excepción y sus más de 600.000 habitantes viven en la ilegalidad y en ningún caso el Parlamento israelí puede darles legitimidad.

“La ley israelí que ‘legaliza el robo’ es un mensaje del gobierno israelí a sus colonos y a las fuerzas de ocupación para que continúen sus ataques contra los palestinos y sus tierras”, denunció el secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erekat en un comunicado.

“La comunidad internacional tiene la responsabilidad de adoptar medidas concretas para proteger a los palestinos más que de emitir comunicados. Israel no puede permanecer impune por sus sistemáticas violaciones de la ley internacional (…) Es hora de dejar de tratar a Israel como un Estado que está por encima de la ley”, agregó.

La pregunta ahora es si la ley podrá o no aplicarse. Hay organizaciones israelíes contrarias a la ocupación que prevén acudir en breve al Tribunal Supremo y éste podría invalidarla. El fiscal general de Israel, Avichai Mandelblit, ya advirtió de que no defenderá esta ley porque la considera “anticonstitucional” y también potencialmente dañina para Israel ya que podría ser origen de una investigación contra Israel ante el Tribunal Penal Internacional de La Haya.

 
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