Ocio y cultura

Ópera de gentrificación y deshaucios

'DisPLACE' es una ópera de cámara contemporánea que está ahora en los Teatros del Canal, en Madrid

Escena de la segunda parte de 'disPLACE' con la soprano Elena Copons y el barítono Sébastien Soules. / Josep Aznar (Teatros del Canal)

Escena de la segunda parte de 'disPLACE' con la soprano Elena Copons y el barítono Sébastien Soules.

Madrid

En La Traviata, Verdi se basa en una novela de Dumas, en Las bodas de Fígaro Mozart toma una obra de de Beaumarchais ¿Se imagina una ópera basada en historias reales de desahucios, por ejemplo? Esto es justo lo que pasa en disPLACE, una ópera de cámara con el drama de la gentrificación en Barcelona de fondo.

"Es muy importante que un artista haga cosas de la situación que vivimos", señala  Peter Pawlik, director de escena de esta ópera contemporánea que "no abundan" ha reconocido Pawlik, sobre el drama de dos parejas que de alguna forma se han visto afectadas por el proceso conocido como gentrificación o elitización, por el que la población original de un sector o barrio, generalmente céntrico y popular, es progresivamente desplazada por otra de un nivel adquisitivo mayor, es decir, la gentrificación.

La obra, con libreto de Helena Tornero, se divide en dos partes, cada una con un compositor. Joan Magrané ha puesto la música a la primera: "Es un pareja de una cierta calidad de vida que se acaba de mudar a un piso de diseño en un barrio de Barcelona que ha estado gentrificado y vemos que ella está conectada con la historia, con la memoria de esa casa" resalta Magrané, que compuso su parte y pasó las partituras a la barcelonesa Raquel Gacía-Tomás, autora de las partituras de la segunda parte: "Lo mío era al contrario: una pareja que va a ser desahuciada, están viviendo su última noche en el piso y deciden disfrutarlo; la música intenta crear conexiones con lo que ya hemos escuchado de Joan y además añado música electrónica", señala García-Tomás.

Escena de la primera parte de 'disPLACE'.

Escena de la primera parte de 'disPLACE'. / Josep Aznar

Escena de la primera parte de 'disPLACE'.

Escena de la primera parte de 'disPLACE'. / Josep Aznar

La soprano Elena Copons y el barítono Sébastien Soules interpretan, en ambos actos, a dos parejas muy diferentes que ejemplifican dos formas también distintas de cómo ese fenómeno afecta a las personas en un piso como escenario. Así, se yuxtaponen dos realidades que "incitan a la reflexión sobre lo que constituye la esencia de una ciudad, las huellas que dejan las personas en los espacios que habitan y la tragedia que supone para unos la mejora de la calidad de vida de otros", explica Pawlik.

DisPLACE nos introduce a un formato de ópera, el de cámara, y a un tipo de música a los que no estamos acostumbrados pero que engancha: "Cuando empecé en la ópera contemporánea, la primera semana fue muy dura, chirriaba, pero una semana después pensé 'me gusta' y seis meses después escuché La traviata y dije 'qué aburrido, es demasiado fácil' ", recuerda Pawlik.

La obra es una producción de los Musiktheatertage Wien, en coproducción con la Ópera Butzaca i Nova Creació de Barcelona, y se estrenó el 1 de septiembre de 2015 en Viena dentro del Festival Musiktheatertage Wien, y en diciembre de 2016 siguió su recorrido interpretándose en el Arts Santa Mónica de Barcelona

Igual que podría ocurrir en La traviata, en DisPLACE colabora el Teatro Real, e igual que en los grandes clásicos, esta contemporánea tiene sus fechas muy limitadas: solo está en los Teatros del Canal de Madrid los días 17, 18 y 19 de febrero.

 
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