Ciencia y tecnología

Mi nueva amiga de Facebook no es lo que parecía

Los riesgos de aceptar como amigos en redes sociales a personas que no conoces

filadendron GETTY IMAGES

Madrid

Pablo recibió una petición de amistad en Facebook de una chica que no conocía de nada, terminó aceptándola y lo que al principio parecía que solo era una nueva amiga, terminó siendo un problema.

Este es el resumen de la extorsión de la que fue objeto este usuario de la red social por medio de la conocida como ingeniería social, el conjunto de trucos y estrategias para engañar a un usuario para que éste infecte su dispositivo, facilite información privada o simplemente acabe haciendo algo que no desea.

El protagonista de esta historia real que comparte la Oficina de Seguridad del Internauta, dependiente del Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe), vio que tenía una nueva petición de amistad en Facebook de una chica llamada Melania, que no recordaba haber conocido.

Su perfil parecía el de cualquier usuario de Facebook normal y corriente, con muchos amigos y bastantes publicaciones. Tanto la foto de perfil como de portada eran de una chica atractiva. Después de un rato tratando de recordar dónde la podía haber conocido, decidió aceptar su petición de amistad, ya que no había ningún indicio que le hiciera sospechar.

A los pocos días, Pablo recibe varios mensajes privados de Melania pidiéndole si pueden hablar vía Skype porque desea mejorar su español. Decide aceptar su petición, ya que así quizá descubra quién es esa chica.

Comienzan hablando mediante mensajes escritos en los que ella le pregunta acerca de sus viajes y si sigue trabajando en lo mismo. Toda esa información se encuentra en el perfil del protagonista de esta historia.

Después de unos minutos, la conversación comienza a tomar un cariz más íntimo y Melania quita la camiseta. La conversación sube de tono y, al final, terminan practicando sexo virtual.

Al poco de dar por concluida la conversación por Skype con su nuevo contacto de Facebook, Pablo recibe un mensaje privado de Melania en el que ésta le comunica que ha sido grabado en vídeo y que debe pagar 500 euros en 24 horas o todos sus contactos de Facebook recibirán ese clip.

Ante estos casos de sextorsión, la Oficina de Seguridad del Internauta propone seis pautas:

  1. No ceder bajo ningún concepto al chantaje, ya que no hay garantías de que el extorsionador no vuelva a pedir dinero, que haga público el vídeo o ambas.
  2. Aunque pueda ser desagradable o resultar incómodo, hay que obtener todas las evidencias de la extorsión, como el vídeo y las conversaciones. Para ello, es recomendable apoyarse en testigos online, como la herramienta eGarante.
  3. Es posible que se reciban correos electrónicos o mensajes fraudulentos de los estafadores haciéndose pasar a su vez por organizaciones como la Interpol e indicando que el vídeo puede ser multado con grandes cantidades de dinero si no se retira inmediatamente. Se deben ignorar estos emails y no ceder a la presión.
  4. Denunciar ante las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y aportar tantas pruebas como sea posible.
  5. En las redes sociales, activar la configuración de privacidad más restrictiva posible para evitar que desconocidos puedan acceder a la información personal. No aceptar nunca contactos de desconocidos ya que no se sabe quién puede estar detrás de un determinado perfil.
  6. Denunciar los vídeos ante la red social o plataforma donde estén alojados para que procedan a su eliminación.

En esta ocasión, la situación terminó razonablemente bien, dado que Pablo denunció los hechos ante las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y no cedió ante el chantaje.

Los delincuentes, al saber de la existencia de la denuncia, no hicieron pública la grabación y ninguno de los contactos de Pablo supo que había sido víctima de un intento de sextorsión.

 
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