Que paguen los robots

Estrasburgo

Podemos estar ante uno de los grandes debates de las próximas décadas, tanto por las cuestiones éticas que genera como por las consecuencias económicas que sin duda traerá. Concha Monje trabaja en el Laboratorio de Robótica de la Carlos III y participa en un acto organizado en Madrid por Casa América: "Es cierto que vamos a sufrir una mutación en los tipos de trabajo, vamos a dejar de realizar determinados trabajos porque los van a poder realizar los robots. Esto no tiene por qué ser malo ni significar algo negativo. Lo que hay que hacer es tomar las medidas necesarias para que la sociedad se adapte al cambio".

Esas posibles medidas para responder a los cambios plantean interrogantes como si deberían pagar impuestos los robots, o contribuir a nuestras pensiones ya que parece claro que su presencia cada vez mayor tendrá consecuencias directas sobre el empleo.

Dita Charanzova, es diputada rumana del grupo de los liberales y participa en la comisión de derechos de los consumidores del Parlamento Europeo: "No estoy de acuerdo en tratar a los robots de forma diferente a como tratamos a otros productos. Lo que hemos visto en Francia, donde piensan en gravar los robots, no tiene sentido. Es una nueva tecnología. Estamos en una era de revolución que afecta a todos los lados. Siempre las ventajas de las tecnologías superan a los riesgos". Charanzova propone poner el foco en otros asuntos: "Veo más riesgos para el empleo en el hecho de que haya mano de obra mucho más barata en China que en la presencia de robots en el empleo. Eso sí me preocupa".

Desde el lado socialista, el diputado español Sergio Gutiérrez introduce otro enfoque: "La filosofía no es poner un impuesto a los robots, sino que las empresas cuyos beneficios tengan una conexión directa y probada en sus contabilidades en base al uso de robots, se les grave con un porcentaje un poco más alto". Gutiérrez sostiene que los beneficios de esta nueva época son tan inmensos que compensarán cualquier tipo de impuesto que se pueda fijar y recuerda cuál es desde su punto de vista el debate de fondo: "La cuestión es cómo mantenemos un estado del bienestar. Hay que ser consciente de que si hoy el peso lo llevan las rentas sobre el trabajo, que van disminuyendo, habrá que buscar otras vías".

En lo que sí parece que unos y otros coinciden es en la necesidad de adaptar la preparación de los empleados para que el efecto del auge de los robots en el empleo sea menor. "No sabemos cómo formar a la gente para que al final tengan las mejores habilidades para competir en el mercado laboral, ése es el problema y no que existan los robots", reflexiona Charanzova. "Uno de los apartados específicos del informe sobre el que se basa la resolución tiene que ver con la capacitación; hay personas con baja cualificación, mayores de edad... a los que hay que trasladarles el mensaje de que recibirán la solidaridad pública".

El debate ya está abierto, en esa resolución aprobada por el Parlamento Europeo en el mes de febrero se urge a la Comisión Europea a que adapte cuanto antes legislación sobre este tema.