Lugares prohibidos para mujeres
Parece increíble pero sigue habiendo muchos sitios en el mundo donde las mujeres tienen prohibido el acceso. La mayoría están vinculados con religión pero también hay museos, bares y hasta estadios de fútbol que no escapan del machismo
Monte Omine y la isla Okinoshima, en Japón
Madrid
Monte Omine es sagrado. El templo que está en la cima de la montaña, The Ōminesanji, es la sede de la secta Shugendo del budismo japonés. Durante el periodo Heian (795-1185), la ruta de peregrinaje Shugendo se hizo muy popular y, según cuenta la historia, los peregrinos que rompían las reglas estrictas o que demostraban tener poca fe eran colgados por los tobillos sobre el precipicio. Las mujeres tenían prohibido el acceso a toda la ruta de peregrinaje hasta la década de los 70 y todavía hay zonas del camino donde las mujeres no pueden pisar.
Desde hace muchos años, se ha combatido esta prohibición pero sin éxito. Los que la apoyan argumentan que es una tradición de 1.300 años de antigüedad y dicen que la segregación sexual no es igual a discriminación sexual. La designación del Monte Omine como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco fue vista por los críticos como la aprobación internacional a esta prohibición.
La isla de Okinoshima también opta este año a Patrimonio de la Humanidad de la Unesco y tampoco pueden entrar mujeres. Es especialmente curioso porque dicen que allí los antiguos dioses Shinto colocaron a tres emperatrices para que cuidaran y salvaguardaran a la nación. En este caso no hay una explicación precisa de por qué existe la prohibición pero parece que la menstruación es el problema: la religión sintoísta considera que la sangre es impura y "ensuciaría" este lugar sagrado.
Estadios de fútbol en Irán
Desde el triunfo de la Revolución Islámica en 1979, mujeres y hombres están separados en todos los espacios públicos. En el caso de los partidos de fútbol, la presencia de mujeres está directamente vetada y, desde hace algunos años, tampoco pueden acceder a los de voleibol. Las autoridades alegan que esta prohibición evita que las mujeres no se vean expuestas a la violencia y al lenguaje soez de los eventos deportivos.
El pasado mes de febrero, ocho mujeres se vistieron de hombre para poder entrar a un partido ente el Esteghlal y Persepolis pero las descubrieron y no pudieron ver el encuentro. No era la primera vez que ocurría algo así. El año pasado otra chica disfrazada sí logró colarse en el estadio con la cara pintada y subió después una foto del momento en Instagram. Aunque dentro del campo algunos hombres la pillaron, la protegieron y la apoyaron, durante los días posteriores recibió amenazas de radicales que pedían un castigo.
Las mujeres sí pueden ir a ver partidos de fútbol femenino pero también allí la polémica está servida: hace unos meses se descubrió que había ocho hombres entre las jugadoras de la selección femenina de Irán.
Monte Athos, en Grecia
Monjes ortodoxos rusos llevan 1.000 años viviendo en este monte en una de las tres penínsulas que componen Calcídica. Se ha convertido en un destino muy popular entre los rusos: la mitad de sus 40.000 visitantes anuales son de allí y hasta Vladimir Putin ha estado el monte en dos ocasiones.
Para empezar se necesita una autorización previa para poder ir, pero las mujeres directamente no la consiguen nunca, de hecho, ni siquiera puede acercarse a menos de 500 metros de su orilla. Según un reglamento del siglo X, todos los animales que sean hembras tampoco pueden pisar su suelo. La única excepción, son las gatas, porque a los monjes les vienen muy bien para cazar ratones.
En 1953, como en los estadios de fútbol iraníes, una mujer griega, María Poimenidou, entró en la península vestida de hombre. Fue entonces cuando el gobierno griego aprobó una ley para prohibir el acceso a las mujeres bajo pena máxima de un año de cárcel. Los monjes en cambio perdonaron a cuatro mujeres moldavas que en 2008 fueron abandonadas allí por ucranianos que traficaban con personas. Por cierto, este monte también está protegido por la Unesco.
Una atracción del parque Galaxy, en Alemania
El parque acuático Galaxy es uno de los más grandes de Europa. Uno de sus toboganes más famosos se llama el X-Treme Faser y dicen que se puede alcanzar velocidades de más de 100km/h. Tras la queja de seis mujeres por el dolor que tenían después en sus partes íntimas, , los responsables del centro optaron por prohibir su acceso a las féminas. En este caso es un motivo de peso pero nos preguntamos si los hombres no salen también algo perjudicados…
Kafenion, txocos y clubs italianos
Cada vez quedan menos pero todavía se encuentra algún kafenion en las islas griegas o en ciertos rincones de Atenas. En estas cafeterías tradicionales no se permite la entrada a mujeres y suelen están llenas de hombres de la tercera edad jugando a las cartas o hablando.
Pero no hay que irse tan lejos para encontrar lugares así. En algunos txokos o sociedades gastronómicas vascas también se sigue prohibiendo la entrada a mujeres. En Italia se estima que hay unos 40 clubes donde políticos, magnates y empresarios se reúnen para discutir de negocios y economía.
Ciertas universidades en China
Las universidades chinas se han llenado de mujeres. Tanto es así, que las autoridades, en un intento de equilibrar los géneros, lo que hacen es perjudicar a las chicas que, para acceder a la carrera deben tener calificaciones más altas que sus compañeros.
Las mujeres además tienen prohibido acceder a determinadas ingenierías como las relacionadas con minería, túneles o navegación. Al salir de la universidad, se encuentran también con muchas trabas para encontrar determinados trabajos que la sociedad considera “masculinos” como el de policía.
Elisa Muñoz
Periodista en Cadena SER desde 2008. Primero en programas como 'La Ventana', 'Hoy por Hoy Madrid' o...