El Barcelona afina su fútbol

Cuando Cavani marcó en el Camp Nou y el silencio invadió Barcelona nadie en el mundo podía imaginar que el equipo de Luis Enrique se fuese a levantar de esta manera. El Barça recibía al Sevilla en uno de los partidos delicados del calendario y desde el minuto 1 miró al partido a los ojos. En este caso era Messi el que miraba.

En la primera que tuvo el argentino armó la zurda y lanzó un pepinazo tremendo que se estrelló en la escuadra de Sergio Rico. Se quedó temblando la portería y también tembló el Sevilla, que sintió como el miedo de ver que el Barça estaba despertando ante sí. Iniesta, Rakitic y Busquets fueron los de 2015 y 2016, y no dejaron opción alguna a Iborra y N'Zonzi, superados por la variedad de repertorio de sus rivales.

El Barça llegaba masticando la jugada, llegaba a la contra, llegaba por la banda y llegaba también a balón parado. Pero hasta en eso era el Barça, porque N'Zonzi pudo marcar en un mano a mano que Ter Stegen desbarató en una maniobra genial. Desperdició su ocasión y cavó su tumba, porque minutos después Suárez adelantaba al Barcelona en una tijera dentro del área pequeña. Gol de puro nueve.

El segundo llegó en una contra cuatro contra tres que le quedó algo rococó al Barcelona pero que terminó en un resultado excelso. Rakitic a Neymar, éste a Luis Suárez y el balón atrás para que Messi hiciera el segundo. El tercero también fue del astro argentino en un rechace dentro del área que el rosarino enganchó de maravilla.

Un Sevilla herido en el orgullo

La segunda mitad fue una suerte de sesteo local que animó al Sevilla a buscar algo de premio. La salida de Sarabia le dio más dinamismo a los de Sampaoli, mareando a la zaga blaugrana con su movilidad. También sirvieron los minutos para que la figura de Ter Stegen tuviera su cuota de protagonismo.

El meta alemán volvió a detener, a su poco ortodoxa manera, disparos de N'Zonzi y del propio Sarabia. Un partido entre equipos de tendencias opuestas, la de un Sevilla que va para abajo y la de un Barça que no puede parar de crecer después de estar casi 'muerto'. La liga sigue viva.