Cinco postres ideales para chuparse los dedos durante esta Semana Santa

Verín

La gastronomía es, sin duda alguna, una de las grandes protagonistas de la Semana Santa. A lo largo de esta semana, algunas de las recetas más tradicionales, tales como la sopa de ajo, el potaje de vigilia o las patatas vuelven a cobrar protagonismo dejando de lado a otros productos más comunes en nuestra dieta diaria como, por ejemplo, la carne.

En una festividad en la que la carne tiene poca presencia, otros productos como el huevo duro, el pan o el bacalao se convierten en los productos estrella de esta fiesta. No obstante, si por algo destaca la Semana Santa en el plano gastronómico es por su repostería. Desde las populares torrijas hasta los pestiños pasando por los huesos de santo, las monas de pascua o las rosquillas fritas. Un sinfín de postres que, por norma general, no suelen durar mucho sobre la mesa puesto que son del gusto de casi todo el mundo. Si eres el anfitrión en una de estas comidas, pero no sabes preparar ninguno de estos clásicos postres, no te preocupes, nosotros te enseñamos algunos de los más relevantes.

Torrijas: el postre estrella de la Semana Santa

Sin lugar a dudas, la torrija es el producto estrella de la Semana Santa. Pese a que se trata de una receta de muy sencilla elaboración y que gusta a casi todo el mundo, muchas son las personas que tan solo degustan este delicioso manjar durante la Semana Santa, una época en la que no puede faltar uno de estos postres sobre la mesa.

Antes de iniciar la elaboración de este postre tan popular asegúrate de que cuentas con una barra de pan de torrijas (si es casero mejor), azúcar, leche, huevos, aceite, azúcar y canela. ¿Lo tienes todo? ¡Estupendo! En primer lugar, corta el pan en rebanadas de dos centímetros aproximadamente. Una vez hecho esto, diluye diez cucharadas de azúcar con un litro de leche y bate entre tres o cuatro huevos, dependiendo siempre del número de comensales que vayan a degustarlas.

A continuación, tan solo tendrás que mojar el pan en la leche y pasarlo por huevo antes de freír las rebanadas en aceite caliente hasta que estén duradas. Por último, tan solo tendrás que espolvorear las torrijas con azúcar y canela antes de presentarlas sobre la bandeja.

Tocino de cielo: un sabor divino

Probablemente el segundo postre en importancia durante la Semana Santa. Creado por casualidad tras aprovechar las claras de huevo utilizadas en otras recetas, el tocino de cielo se ha ganado un lugar preferente durante la Semana Santa. Para su realización necesitarás 12 yemas de huevo, 300 gramos de almíbar (creados con 400 gramos de agua y 300 de azúcar) y almíbar a punto de hebra fuerte (200 gramos de agua y 150 de azúcar).

Tras conseguir estos ingredientes, deberás empezar a hacer el almíbar para los moldes sobre los que harás tus propios tocinos de cielo. Para ello deberás llevar a ebullición en un cazo el azúcar con el agua. Para conseguir el punto de hebra regular se estima que necesitarás entre 10 y 14 minutos. Cuando escurriendo una cucharada caiga la mezcla en forma de hebra y habrás conseguido el almíbar.

Después de repartir la mezcla entre los diferentes moldes, procede a separar las yemas de las claras. A continuación, tendrás que elaborar el almíbar para mezclarlo posteriormente (muy poco a poco para que no se cuajen) con las yemas. Por último, tan solo habrá que poner los moldes en una cazuela con agua hasta la mitad. Después de taparla de 7 a 12 minutos (depende del tamaño del molde) podrás sacar este delicioso postre para disfrutarlo en familia.

Monas de Pascua: oda a la Semana Santa

Como su propio nombre indica, la mona de Pascua es, por norma general, un tipo de postre que suele comerse durante el día de Pascua, que en esta ocasión cae el 17 de abril. Para realizar este postre típico de la zona mediterránea, Castilla-La Mancha y Aragón necesitarás harina, azúcar, seis huevos, mantequilla, levadura, leche, ralladura de naranja, miel y sal. Si ya tienes todos los ingredientes ha llegado la hora de ponerse manos a la obra.

En primer lugar, tendrás que poner agua en un cazo y añadir tres de los seis huevos que necesitas para esta receta. Tras ponerlos en ebullición durante diez minutos, los enfriaremos en agua. Después disolveremos la levadura en leche tibia y pasaremos el resultado en un bol en el que también añadiremos el azúcar, la mantequilla, la sal, la ralladura de naranja, la miel y los tres huevos restantes.

Tras integrar todo en el bol añadiremos harina tamizada y amasaremos la composición hasta que la masa se despegue de las paredes del bol, momento en el que tendrás que extraer la masa para amasarla en la mesa de trabajo hasta conseguir una masa suave. Después pondremos un poco de aceite de oliva en un bol, depositaremos la masa y lo taparemos con un paño hasta que doble el volumen.

Una vez lo hayamos conseguido, dividiremos el resultado en tres porciones y les daremos forma de bola para posteriormente aplanarlas. En el centro de cada una de las porciones pondremos un huevo cocido y unas finas tiras sobre él. Después tendremos que pintar las monas y los huevos con huevo batido y dejarlo fermentar hasta que doble el volumen. Por último, volveremos a pintar las monas, pondremos azúcar sobre ellas y las hornearemos durante 25 minutos a 200 grados centígrados por arriba y abajo.

Rosquillas fritas: un clásico

Sobran las presentaciones para las rosquillas fritas, un clásico en la repostería española. Para hacer 30 rosquillas necesitarás 80 mililitros de leche, 80 de oliva virgen extra, 200 gramos de azúcar, dos huevos, 500 gramos de harina, una cucharada de levadura química y, por último, un poquito de aceite de girasol para freírlas.

En primer lugar, batiremos los huevos con el azúcar hasta conseguir la mezcla. Después añadiremos poco a poco la leche y la ralladura de limón e incorporaremos la harina con el impulsor mezclado previamente hasta que quede densa y muy pegajosa. Una vez hecho esto, tendremos que poner un poco de aceite de girasol sobre la mesa de trabajo, sobre la que posteriormente irá la masa, e iremos cogiendo porciones de masa de entre 20 y 25 gramos con la mano y comenzaremos a hacer bolitas.

Cuando ya tengamos las treinta bolitas, pondremos el aceite a calentar. Cuando haya cogido temperatura, cogeremos cada bolita, les haremos un agujero (con un dedal, por ejemplo) para que la rosquilla tenga unos siete u ocho centímetros de diámetro. Después las sumergiremos en aceite hasta que estén bien doraditas. Por último, las sacaremos y las dejaremos enfriar para pasarlas por azúcar antes de empezar a consumirlas.

El pestiño: un postre para cualquier celebración

El pestiño es otro de esos postres que no puede faltar en Semana Santa. Pese a que también se consume en Navidad, sobre todo en el sur de España, este dulce destaca como uno de las recetas más típicas de la Semana Santa. Para elaborar esta receta necesitarás 500 gramos de harina de repostería, 130 mililitros de aceite de oliva, 50 gramos de ajonjolí, tres cucharadas de canela molida, una naranja, agua y sal.

En primer lugar, calentaremos aceite sobre una sartén con la cáscara de naranja. Después retiraremos la cáscara y añadiremos el ajonjolí al resultado. Mientras tanto verteremos sobre un bol la harina con un pellizco de sal y la canela. Tras mezclar bien la masa deberemos dejarla reposar durante una hora.

Después la extenderemos sobre una superficie aceitosa hasta dejarla muy fina y la cortaremos dándole la forma que deseemos. Una vez hecho esto calentaremos de nuevo la sartén con aceite abundante a fuego medio para freír los pestiños hasta que estén dorados. Finalmente, tan solo habrá que escurrirlos sobre un plato y espolvorearlos con azúcar mientras estén calientes para disfrutar de esta sencilla, y al mismo tiempo deliciosa, receta.

Como has podido comprobar, no necesitarás gastarte mucho dinero para que tus comensales terminen chupándose los dedos al final de la comida con estos perfectos postres con los que seguro que te consagrarás como el mejor anfitrión posible. ¿A qué esperas para ponerte manos a la obra y empezar a preparar la primera hornada?