Las tres dimisiones de Esperanza Aguirre

Madrid

Aunque realmente nunca se marchó del todo, Esperanza Aguirre ya se batió en retirada en dos ocasiones anteriores. En septiembre de 2012 anunció con voz entrecortada su dimisión como presidenta de la Comunidad de Madrid y como diputada regional. Alegaba motivos personales, entre ellos su enfermedad, un cáncer que durante un tiempo la había apartado de la actividad pública. Con voz temblorosa añadió que siempre había pensado "que la política era una actividad temporal" y que había llegado el momento de dejarlo.

Pero animal político de raza que fue siempre, cuando le preguntaron si abandonaba la política aclaró que dejaba "las responsabilidades de la primera línea", pero que no dejaba la política.

Cuatro años después, el 14 de febrero de 2016, por San Valentín y en domingo, anunció su dimisión como presidenta del PP de Madrid por "responsabilidad política". La renuncia -por sorpresa incluso para su equipo- se producía unos días después del registro en la sede de los 'populares' de Madrid, ordenado por el juez Velasco para investigar si la 'trama Púnica' financió ilegalmente a la formación. Dijo Aguirre en aquella comparencencia que en política la gente también quiere gestos y su gesto era esa asunción de responsabilidades por proponer a Francisco Granados como secretario general del PP de Madrid y por no haber vigilado mejor.

Utilizó las expresiones de culpa in eligendo y culpa in vigilando, que luego ella ha repetido sin cesar. Responsabilidad de un tipo o de otro, lo cierto es que tras Francisco Granados ha saltado lo de Ignacio González. Ahora queda saber si esta tercera dimisión por la vergonzosa mancha de la corrupción sobre quien fue su mano derecha es el ocaso definitivo de la castiza 'lideresa'.