Presidente anticiencia

Washington

En Washington es común ver pósters por la igualdad en las ventanas de las casas. Hay carteles en los jardines a favor de los migrantes, los homosexuales, feministas, pancartas de refugees welcome y a favor de la ciencia. Son mensajes silenciosos para su nuevo vecino del 1600 de Pennsylvania Avenue, el mayor negacionista científico que podían imaginar: el presidente de Estados Unidos.

Donald Trump ha dicho una y otra vez durante su campaña que "el calentamiento global es un cuento chino" y ha cuestionado el uso de las vacunas infantiles, relacionándolas incluso con provocar autismo en los niños. Pero una vez en la Casa Blanca, pasada la retórica electoral, llegan los hechos. Una de sus primeras medidas como presidente fue eliminar el apartado de Cambio Climático de la web del Gobierno. El calentamiento global no existe para su administración. Y tiene todo un equipo de escépticos, cuestionadores y opositores a las evidencias científicas manejando su gobierno. Unos ejemplos:

• Steve Bannon, su jefe de estrategia política, es expresidente de un medio de extrema derecha, Breitbart News, que ha negado en múltiples ocasiones el calentamiento global. El 'New Yorker', dice sobre uno de sus informes publicados bajo el título "1001 Razones por las que el calentamiento global se acaba en 2016", que tiene como objetivo crear "una realidad alternativa en la que la evidencia científica es una farsa, donde la hipérbole y el miedo dividen y conquistan al público".
• El nuevo jefe de la Agencia de Protección Ambiental, Scott Pruitt, exfiscal general de Oklahoma, escéptico del cambio climático y muy vinculado a la industria gasística y petrolífera, se opuso durante mucho tiempo a aplicar regulaciones ambientales en su estado. Ha desacreditado a la Agencia en innumerables ocasiones y, para colmo, está implicado en 28 demandas contra la agencia que él mismo ha empezado a dirigir. En estos tres meses de gobierno, Pruitt ha liquidado la política medioambiental de Barack Obama, orientada a reducir las emisiones de CO2, y ha eliminado el apartado de 'cambio climático' de la página web de la Agencia.
• La Secretaria de Educación, Betsy DeVos, es una fundamentalista cristiana, que ha donado cientos de miles de dólares a fundaciones antiabortistas y es conocida por su trayectoria de oposición a las evidencias científicas contemporáneas. Niega, por ejemplo, la teoría de la evolución. Los analistas temen que su fe influya en decisiones sobre el modelo educativo. Los defensores de la escuela pública, además están alarmados con tener a esta persona como responsable de educación de todo el país ya que es conocida, desde su etapa de senadora, su preferencia por privatizar las escuelas.
• Rick Perry, exgobernador de Texas, es Secretario de Energía. Este hombre, que no tiene experiencia científica, durante su candidatura presidencial en 2012, abogó por cerrar esta secretaría. Ahora, ya desde su nuevo cargo, dice que las declaraciones de dijo hace cinco años “no le representan”. Otro escéptico del cambio climático y asevera que Estados Unidos tiene que reforzar su arsenal nuclear. Durante su etapa como gobernador dio millones de dólares a empresas petroleras, aseverando que el futuro está en "mantener los combustibles fósiles en el suelo".
• El actual Secretario de Estado es el exdirector de Exxon Mobil, Rex Tillerson. No tiene ninguna experiencia en política exterior. O mejor dicho, no tiene ninguna experiencia en política. Menos en diplomacia. De hecho, en estos primeros tres meses de gobierno, ha estado en un segundo plano en las relaciones de Estados Unidos con los líderes que han visitado la Casa Blanca. El yerno de Trump, el todopoderoso Jared Kushner, parece tener mucho más poder que él en política exterior (ha encabezado las conversaciones con China, es el negociador para Oriente Próximo, ha visitado Irak…). Tillerson sí reconoce el cambio climático como un problema pero, en su anterior cargo, ha sido acusado de ocultar informes relacionados con este tema a los accionistas de la petrolera. Él, claro, lo niega.
• Trump ha vinculado en varias ocasiones los casos de autismo con las vacunas infantiles, y se ha reunido con un conocido opositor de la vacunación infantil, Robert Kennedy Jr., para poner en marcha una “comisión segura de vacunas”. Varias agencias federales están revistando el uso y las consecuencias de las vacunas obligatorias.

Ante este panorama y con motivo del Día Mundial de la Tierra, se han convocado más de 400 'Marchas por la ciencia' en todo el país. Una de las más importantes, por simbólica, es la de Washington D.C., a donde han llegado miles de personas de todo Estados Unidos para decirle a Trump que este país quiere ciencia porque es una característica vital de una democracia que funciona; a gritarle que quieren un país con conocimiento, con pensamiento crítico e innovador y no un país retrógrado basado en los prejuicios de la fe y en los intereses económicos vinculados con grandes empresas energéticas.