Política
Congreso PSOE

Los críticos asumen que no estarán en la Ejecutiva del PSOE, pero esperan integración

No habrá estrategia en bloque de quienes combatieron al ganador de las primarias. Cada federación defenderá una estrategia propia, midiendo mucho las batallas en el debate de las enmiendas, en las que consideran que Sánchez tiene oportunidad de demostrar su voluntad de contar con todos

Pedro Sánchez (c), reelegido en primarias como secretario general del PSOE, acompañado por los diputados Adriana Lastra y José Luis Ábalos. / J.P. Gandul EFE

Madrid

¿Y la integración en qué consiste? La respuesta depende de a quién se le haga la pregunta en este PSOE en transición de las primarias al 39º Congreso federal, que se celebra en Madrid los días 16, 17 y 18 de junio. El equipo de Pedro Sánchez promete en público que integrará, aunque en privado advierte de que el secretario general ya "escarmentó" en la anterior etapa y que hará una Ejecutiva "suya", con la que pueda trabajar. Eso lo tienen claro en el sector que arropó a Susana Díaz: dan por hecho que el nuevo secretario general hará una Ejecutiva monocolor, sin representantes de otras sensibilidades, pero esperan gestos de Sánchez para incluir en su proyecto "a la mitad del partido". En cualquier caso, los críticos no actuarán en bloque, cada federación defenderá sus intereses dando batallas "medidas", centradas fundamentalmente en enmiendas que consideran que rompen la coherencia de lo que han venido defendiendo.

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"No hay susanistas ni patxistas, esos porcentajes ya no tienen sentido", explica un diputado que ha hecho campaña activa por Patxi López y que entiende que el reparto de fuerzas del Congreso Federal no puede medirse según la alineación de las primarias. Federaciones como Andalucía o Extremadura ya han dicho que votarán la Ejecutiva que Pedro Sánchez quiera hacer, que no pedirán cuotas, así que dan por hecho que el equipo del secretario general, "cien por cien Sánchez", saldrá adelante con un respaldo superior al que obtuvo el candidato el pasado 21 de mayo. Eso sí, habrá quien la apoye, aunque no precisamente dándole un voto de confianza: "No es que no vayamos a exigir que pongan a menganito en la Ejecutiva, es que va a ser difícil que alguno de nosotros quiera estar ahí. Que él haga y que asuma. Que no pueda decir que no le hemos dejado", argumenta una diputada que llevaba semanas advirtiendo del fin del PSOE si Sánchez volvía a Ferraz.

Pero ni ella ni la mayoría de los dirigentes consultados renuncian a la integración. Hay tres ámbitos en los que van a estar muy pendientes: la composición del Comité Federal, la negociación de las enmiendas a la ponencia marco y la reorganización de la representación del PSOE en las instituciones.

Del reparto de fuerzas en el Comité Federal depende el margen de maniobra que tengan las federaciones en el máximo órgano de decisión entre congresos, el único órgano que entienden que puede ejercer de contrapeso al PSOE de Sánchez que, en cualquier caso, se reservará, vía estatutos, la posibilidad de acudir a la militancia para la toma de decisiones. En el congreso de junio, la mayoría de la que dispone Sánchez le va a permitir dicidir el número de miembros de ese Comité Federal y el juego que va a dejar al poder territorial del PSOE, cuyos máximos responsables no estarán en la Ejecutiva como ocurrió en su anterior mandato. Los principales barones, seis presidentes autonómicos, han sido sus principales rivales en las primarias. 

La voluntad de Sánchez de contentar a quienes no le votaron va a demotrarse además en su disposición a ceder en la negociación de las enmiendas a la ponencia marco. El texto que aprobó el Comité Federal el 1 de abril, coordinado por Eduardo Madina y José Carlos Díez, va a recibir 84 enmiendas con las que los sanchistas quieren darle la vuelta para implantar su proyecto político, el "plebiscitado", eso aseguran, el pasado 21 de mayo. Entre los contrarios a Sánchez son conscientes de que tiene la mayoría suficiente para tumbar todo lo que aprobó el Comité Federal y esa es la razón por la que Madina y Díez han dado un paso atrás (no serán ponentes en el cónclave) pero están a la espera de los gestos del líder del PSOE. 

Conceden especial importancia a la definición del modelo territorial. Es cierto que Sánchez ya descafeinó su apuesta por la "nación de naciones" en la campaña, pero son muchos los dirigentes que opinan que mantener la referencia al Estado plurinacional puede confundir a la ciudadanía en un momento en el que Cataluña amenanza con poner fecha a su desconexión. El relato sobre el pasado, las derrotas electorales y la abstención, es otra cuestión que claramente divide a los dos PSOE enfrentados en las urnas y, aunque en el entorno de Sánchez están empeñados en que tiene que quedar claro en los documentos lo que apoyaron los militantes en las urnas, hay quien defiende que un movimiento en este punto demostraría que no quiere ahondar en la ruptura.

Hay dirigentes a los que les preocupa también la implantación del sistema de primarias abiertas para la elección de los candidatos a las municipales porque consideran que puede permitir la interferencia de intereses empresariales y económicos en la nominación de los candidatos, generando distorsiones en el PSOE. Ese será a buen seguro uno de los asuntos que tratarán de rebajar del documento definitivo.

"¿Contestación? La justa"

En estos temas sobre los que hay discrepancias coinciden la gran mayoría de los socialistas que apoyaron a Susana Díaz, aunque no habrá una estrategia conjunta en el congreso. Cada Federación actuará según sus intereses, aunque con la "justa" contestación porque, dada la mayoría de Sánchez, va a depender de él que una gran mayoría del PSOE se reconozca o no en el texto definitivo. Habrá tres comisiones en el 39º Congresos para discutir los contenidos políticos, económicos y de modelo de partido que se discuten en el PSOE, aunque la arquitectura defintiva de la organización se definirá en una Conferencia Política posterior. En el cónclave de junio sólo se esbozarán las grandes líneas, como la implantación de las consultas a la militancia o la revocación del secretario general por decisión de las bases.

Antes, justo después del Congreso Federal, Sánchez reorganizará los equipos en el Congreso, el Senado, el Europarlamento y otras instituciones en las que los socialistas tienen representación. La profundidad de los cambios, la "purga" que temen muchos, dará cuenta de hasta qué punto tiene intención o no de contar en la nueva etapa con quienes le plantaron cara en las primarias. En la actualidad, muchas protavocías y presidencias de comisión las ocupan diputados que han sido muy activos en la campaña contra Sánchez. Es el caso de Soraya Rodríguez o Eduardo Madina o de los parlamentarios andaluces aupados en tiempos de la gestora, como María Jesús Serrano. De los 84 integrantes del grupo socialista, 22 son andaluces, todos alineados con Susana Díaz. ¿Mantendrá a alguno en la dirección? "Queremos hacer un buen congreso", responden los afines a Pedro Sánchez. Casi todas las decisiones del futuro las condicionan al desarrollo del cónclave.

 
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