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EL GOBIERNO DE MACRON

La Fiscalía abre una investigación preliminar sobre un ministro y amigo de Macron

Se sospecha pudo favorecer a su novia en una turbia transacción inmobiliaria en 2011

El presidente de la República francesa, Emmanuel Macron. / STEPHANE MAHE (Reuters)

París

¿Apoyar a un amigo político pese a las sospechas y reproches o dejarlo caer? El flamante presidente de Francia, Emmanuel Macron, está ante la primera prueba de fuego de su mandato. Su ministro de Cohesión Territorial y secretario general de su partido la Republique En Marche (REM) está en el ojo del huracán tras las revelaciones de la prensa francesa en torno a una turbia transacción inmobiliaria en la que habría favorecido a su novia.

La fiscalía de Brest ( Bretaña) ha abierto este jueves una "investigación preliminar" para verificar las revelaciones realizadas por 'Le Canard Enchaîné' y completadas por otros medios en las que Ferrand aparece como gestor en la enrevesada compraventa, aparentemente legal, para beneficiar a familiares en diversas etapas de su vida profesional.

Los hechos se remontan a 2011 cuando Ferrand, era director de la mutua de Bretaña (sociedad privada sin ánimo de lucro). El consejo de administración buscaba un local y entre tres supuestas opciones se lo concedió a la que ofrecía Sandrine Doucen, compañera de Ferrand, que, según la actual dirección de la mutua "era la más barata". Sólo que el que había negociado el contrato de venta era el propio Ferrand y este detalle lo ocultó al Consejo de Administración que dio su visto bueno. Con ello, Doucen pudo pedir un crédito para pagar la transacción y, gracias a la renovación sufragada por la propia mutua, habría multiplicado su valor .

Los 'arreglos' de Ferrand no se acabarían aquí. También habría favorecido a su ex mujer a quien la mutua encargó otros trabajos como profesional independiente. Como diputado socialista desde 2012 Ferrand siguió manteniendo vínculo con Mutuelles de Bretagne ( como consejero cobraba una remuneración de 1.200 euros al mes) lo que no le impidió apoyar activamente una ley que favorecía a las mutuas, impulsada por el socialista Hollande.

También empleó unos meses como asistente parlamentario a su hijo por una remuneración de 8.704 euros, por un total de seis meses, una práctica común en la Asamblea Nacional y también legal. Al contrario que en el caso Fillon, que está imputado, Ferrand lo había declarado a la "alta autoridad de la transparencia" y además nadie duda de que su hijo realizó el trabajo para el que fue remunerado.

Ferrand dijo este martes que no dimitía porque tenía "la conciencia tranquila". Se declaró inocente y aseguró no haber cometido ninguna ilegalidad. La fiscalía de Bretana había rechazado en un primer momento abrir una investigación al "no percibir ningún indicio de delito".

El primer ministro Edouard Philippe, apoyó el martes a su ministro, "porque no ha sido imputado por la Justicia" y "tenemos que mirar hacia adelante" y no al pasado. Insistió Philippe en que la ley 'de moralidad pública', que será la primera medida de la era Macron, "aclarará lo que hasta ahora era permitido en nombre de la ley pero ya no lo acepta la opinión pública".

El presidente Macron apoyó también a través del portavoz del Gobierno a Ferrand al pedir "solidaridad " a todo el Gabinete y exigir "ejemplaridad". En una muestra de apoyo privado a quien fue su primer colaborador, cuando nació el movimiento En Marche! y nadie apostaba por él, Macron cenó ayer con Ferrand en Bretana.

El escándalo todavía no ha hecho mella en las encuestas de opinión, que conceden una mayoría absoluta para La Republique En Marche en las legislativas de 11 y 18 de junio.

 
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