Ocio y cultura

García Lorca: "He nacido poeta como el que nace cojo, dejadme las alas en su sitio"

La Residencia de Estudiantes acoge una exposición que recorre los años del poeta en la Residencia de Estudiantes, un legado que (probablemente) viajará en otoño a Granada

Federico García Lorca en el jardín de las adelfas de la Residencia de Estudiantes, Madrid, 1919. Copia de época. Fundación Federico García Lorca / Copia de época. Fundación Federico García Lorca, Madrid

Madrid

El 10 de abril de 1920, desde la Residencia de Estudiantes, Federico García Lorca escribía a su padre una carta en la que defendía su necesidad de un cuarto propio, como el de Virginia Woolf: "¿Qué hago yo ahora en Granada? Escuchar muchas tonterías, muchas discusiones, muchas envidias y muchas canalladas. Aquí escribo, trabajo, leo, estudio. Este ambiente es maravilloso (...) Te suplico que me dejes aquí. A mí ya no me podéis cambiar. Yo he nacido poeta y artista como el nace cojo, como el que nace ciego, como el que nace guapo. Dejadme las alas en su sitio, que yo os respondo que volaré bien". Lorca vivió en la Residencia de 1919 a 1928, aunque mantuvo su vinculación con la institución hasta 1936.

En esta exposición, titulada 'Una habitación propia. Federico García Lorca en la Residencia de Estudiantes, 1919-1936' vemos esa carta que el poeta dirigió a su padre, pero también otras, como la que le envió Pepín Bello, la que le decía: "No seas pelmazo. ¡Qué bien estaríamos juntos y a Andalucía! Ven, no seas burro". Además, dos cartas inéditas que el poeta escribió al musicólogo Adolfo Salazar, en 1922, en las que le pedía que intercediera por él para que pudiera volver a la Residencia, donde había estado el año anterior, ya que tenía miedo de quedarse sin plaza, tras retrasarse en hacer la inscripción: "gestiona tú algo... pero muy delicadamente y sin decir que yo te lo he dicho. ¡Qué fastidio!"

Federico García Lorca con turbante en la Residencia de Estudiantes, Madrid, 1924. Copia actual. / Fundación Federico García Lorca

Y en las vitrinas, primeras ediciones de 'Mariana Pineda' o del 'Romancero Gitano'. O la película en blanco y negro rodada en 1932 por Menéndez Pidal, en la que registra un viaje del poeta con su compañía La Barraca, cuyo cartel -de Benjamín Palencia- también vemos en esta muestra. O el manuscrito de la 'Oda a Salvador Dalí' o cuadros como 'Sifón y botella de ron' (1924) que el pintor le regaló y que Lorca colgó en su cuarto. Dalí, que llegó a la Residencia en 1922, diría que la personalidad de García Lorca fue para él la presencia del "fenómeno poético por antonomasia".

En 1928, Ernesto Giménez Caballero preguntaba a Lorca, en una entrevista: "Dicen que se puede escribir un libro con tus aventuras de colegio, de 'Residencia', ¿cuál te parece más divertida?". Y Lorca contestaba: "La de la cabaña en el desierto. Un día nos quedamos sin dinero Dalí y yo. Hicimos en nuestro cuarto de la Residencia un desierto. Con una cabaña y un ángel maravilloso (trípode fotográfico, cabeza angélica y alas de cuellos almidonados). Abrimos la ventana y pedimos socorro a las gentes, perdidos como estábamos en el desierto. Dos días sin afeitarnos, sin salir de la habitación. Medio Madrid desfiló por nuestra cabaña. También hemos encontrado nosotros eso de los 'putrefactos', ya generalizado'.

De izquierda a derecha, Louis Eaton-Daniel, Juan Centeno, Federico García Lorca, Emilio Prados y José (Pepín) Bello en una habitación de la Residencia de Estudiantes, Madrid, 1924. Copia de época. / Fundación Federico García Lorca

Los 'putrefactos' también están en esta muestra. Un proyecto ideado por Dalí, con dibujos suyos y un prólogo que Lorca nunca llegó a escribir. Y vemos algunos de esos dibujos del pintor y la definición de esos 'putrefactos' que hizo Alberti, habitual también de la Residencia: "todo lo caduco y todo lo muerto, con bufanda, llenos de toses, solitarios en los bancos de los paseos, con bastón, elegantes, flor en el ojal, acompañados por la bestie; había el putrefacto académico y el que sin serlo lo era también; los había de todos los géneros: masculino, femenino, neutro y epiceno, y de todas las edades".

Pinturas, dibujos, cartas, filmaciones, fotografías o manuscritos... que quizá se vean por última vez en Madrid. Tras años de dificultades y negociaciones, el legado del poeta será trasladado a Granada. Laura García-Lorca, presidenta de la Fundación, señala que "sí, (las negociaciones) están muy avanzadas y yo creo que en otoño ya será el traslado. Por eso hemos querido adelantarnos y hacer esta exposición, que es un reflejo de la importancia que ha tenido esta institución en la vida de Lorca, no solo en los años que vivió aquí, sino hasta su asesinato, porque tuvo con la Residencia una relación importantísima a lo largo de toda su vida".

 
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