España no controla la formación de los imanes
La Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas, una de las dos principales, denuncia que muchos desconocen la realidad española o no hablan el idioma. Francia y Bélgica han impulsado sistemas oficiales de formación de imanes para tratar de frenar el fundamentalismo.
Interior de la mezquita Islámica Annour de Ripoll, en la cual el imán Abdelbaki Es Satty, presuntamente implicado en los atentados de Cataluña, guiaba las oraciones. / Robin Townsend (EFE)
Madrid
Para ser imán en España no hay que acreditar ningún tipo de formación especial: "Cualquier musulmán que sepa rezar en su casa puede serlo. Yo mismo puedo hacer de imán", explica Francisco Jiménez, secretario de la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (FEERI), una de las dos mayoritarias que agrupan a los musulmanes en España. "Hasta ahora en España es un tema que está absolutamente descontrolado como se ve", subraya Jiménez, en referencia al imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty, presunto cabecilla de la célula terrorista de Cataluña.
Francisco Jiménez recuerda que la religión islámica no tiene una organización jerárquica como la católica y señala que el proceso para buscar y contratar a un imán se parece, sobre todo, a buscar un médico especialista: "Normalmente si yo busco un médico lo que hago es hablar con uno que conozco. Este te dirá: “vale te puedo solucionar el problema”, o si tú le estás hablando de algo que no es tu especialidad, te dirá: “ve y habla con esta persona que yo conozco".
Jiménez, que además de secretario es el asesor jurídico de FEERI, añade que si las mezquitas quieren contratar a alguien con una formación religiosa más completa o que ofrezca clases de árabe, por ejemplo, suelen recurrir a imanes de otros países y eso, añade, ha provocado problemas: "A lo mejor es una persona con mucha capacidad, ha estudiado mucho pero que conoce sólo la realidad de Egipto no la de España."
FEERI lleva años denunciando que la mayoría de los imanes carece de la formación adecuada porque no hablan el idioma o desconocen la realidad social española lo que les lleva a crear potenciales conflictos con sus mensajes. Jiménez pone un ejemplo: "El islam se adapta a la situación de las personas. Si tú me estás diciendo que las mujeres no pueden salir de casa eso crea un conflicto, porque en España hay mujeres musulmanas que están viviendo solas con sus hijos. Si no salen de casa: ¿quién las mantiene?. Eso no puede ocurrir".
Para evitar esto, y sin ayuda de ninguna administración, FEERI puso en marcha en 2013 cursos para formar imanes en fines de semana intensivos en distintas mezquitas españolas. Para completar la formación son necesarios dos años y medio y superar un examen que da derecho a recibir el título. Cada curso cuesta unos 40 euros y a ellos asisten una media de 45 personas. Una de cada cuatro son mujeres, según la federación.
Jiménez lamenta la falta de apoyo institucional y recuerda que cuando hay un vacío siempre hay alguien dispuesto a llenarlo: "Desde la administración se quejan muchas veces de que estamos cogiendo financiación de determinados países pero ellos no están asumiendo nada". Él asegura que han pedido ese apoyo a la Fundación Pluralismo y Convivencia pero que les dijeron que no podían financiar actividades religiosas. "Nosotros en FEERI creemos que estos es también una actividad social", incide Jiménez que se queja también de poca colaboración por parte de la administración con la comunidad musulmana. En España hay alrededor de 1400 centros de culto musulmán, entre mezquitas y oratorios, en cada uno de los cuales trabaja al menos un imán.
El mayor control y la mejora de la formación de los imanes ha sido abordada por países como Francia dentro de sus planes para luchar contra el yihadismo. El objetivo es garantizar que la formación respeta los valores del país y evitar el extremismo.
