Las mujeres son mayoría en la universidad desde hace años: un 53% de los universitarios en España es mujer, un porcentaje casi idéntico al de la media de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) donde suponen el 54%. Sin embargo no están repartidas de forma equitativa entre las distintas carreras. La organización económica alerta en su último informe`Panorama de la Educación 2016´ del fuerte sesgo de género que existe en la elección de los estudios universitarios. En carreras como ingeniería, producción industrial o construcción sólo uno de cada cuatro nuevos estudiantes es mujer, un 24%. Ese mismo patrón se repite en España. La situación es aún peor en estudios de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) donde sólo un 12% de los universitarios españoles es mujer frente al 19% de la media de la OCDE. Las mujeres por el contrario están sobrerepresentadas en titulaciones relacionadas con la educación (suponen el 79% de los nuevos estudiantes en España y el 78% en la OCDE), o la salud y el bienestar (un 72% de mujeres en España y un 75% en la OCDE). La OCDE señala en su informe que este tipo de titulaciones en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (las conocidas como STEM por sus siglas en inglés), en las que las mujeres son minoría, tienen unas perspectivas laborales mejores que las de los titulados en general. La tasa de empleo oscila entre el 80- 86% frente al 77% por ejemplo de los graduados en educación, ciencias sociales o periodismo. «Las autoridades públicas españolas tienen como objetivo reducir la brecha de género mediantes servicios de orientación e información que aseguren la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres a la hora de escoger un área de estudio», señala la OCDE en su nota sobre los resultados del informe para España. No hay ningún programa ni campaña estatal destinado a reducir la brecha de género en las titulaciones según ha reconocido un portavoz del ministerio de Educación. El informe de la OCDE también incide en que una mayor formación supone menos desempleo, mejores salarios y hasta mejor salud. Las personas con estudios universitarios tienen menos depresión que aquellas que no han completado la secundaria. En España un 10% de las personas entre 25-64 años que no tiene el título de ESO afirma sufrir depresión, el porcentaje baja al 3% entre quienes han ido a la universidad. El informe explica también que el mayor nivel educativo previene de la depresión especialmente a las mujeres, más propensas a padecer esta enfermedad. También señala que el riesgo de depresión es mucho menor entre los que tiene empleo y una mayor formación es una garantía para conseguirlo y para afrontar las situaciones de riesgo.