"Hija de puta, zorra de mierda, muérete"
La Justicia ha multado a un hombre con antecedentes por maltrato por decenas de mensajes vejatorios y amenazantes enviados a su pareja mientras mantenían una relación a distancia: "Me desobedeces mucho y eso va a traer ruptura"
Madrid
"Déspota y machista. Lo que quieras. Pero fui así desde el primer día y la gente es libre de estar o no conmigo (...) por eso yo insultaré o discutiré, pero nunca te dejaré".
El mensaje llegó al móvil de Lorena a las 16:56 horas del 24 de enero de 2016. Para entonces ya llevaba varios meses recibiendo mensajes amenazantes, vejatorios, insultantes y controladores de su novio, que le escribía desde Estados Unidos: más de 500 folios de violencia machista telemática que ahora se han traducido en una multa de 900 euros y una orden de alejamiento de medio kilómetro por un delito leve de vejaciones para este hombre, con varias condenas a sus espaldas por violencia machista.
Según documentación judicial a la que ha tenido acceso la Cadena SER, la Audiencia Provincial de Madrid acaba de confirmar y hacer firme la condena, después de que un juzgado de lo penal de la capital escrutase los 502 folios de mensajes aportados por la víctima cuando por fin se decidió a denunciar que su pareja, trabajando en EEUU, intentaba controlar su vida en Madrid a través del teléfono móvil.
Los mensajes reflejados en las sentencias de primera y segunda instancia reflejan un férreo control del día a día de la víctima: "Has salido sin poner la localización y no coges el teléfono, si había una mínima posibilidad de seguir con la relación lo has jodido todo". También reflejan una cascada de insultos como rutina: "Hija de puta, muérete, puta inútil, me cansé, quedas bloqueada", dijo en otra ocasión. "¿Por qué me has colgado? Nunca lo hagas", puede leerse en otro.
Una actitud "enfermiza"
Los jueces de la Audiencia Provincial de Madrid confirman en su sentencia los argumentos con los que el juzgado número 4 de Violencia sobre la Mujer de la calle Manuel Tovar rechazó su defensa. Destacando siempre que en esto caso las expresiones vejatorias habían quedado documentadas por escrito, calificó de "creíble por su naturalidad y espontaneidad" la denuncia de la víctima, rechazando de plano que denunciase a su pareja por "un ánimo de odio o venganza".
Fue la propia defensa del condenado quien, según figura en la sentencia, intentó hacer creer a la Justicia que la verdadera víctima era su cliente y que la mujer tenía "una actitud enfermiza de acoso" hacia él, dijo su abogado. La sentencia de primera instancia dice, contundente, que "leídos los 502 folios de comunicaciones, si alguna de las actitudes hubiera de calificarse de enfermiza, ésta no sería precisamente la de la víctima, sino la del propio denunciado", calificando el trato de "humillante".
La Justicia destaca que, además, el propio acusado reconoció durante el juicio ser el autor de los mensajes de Whatsapp, tanto desde su móvil personal como desde el teléfono del trabajo. "El número desde el que yo vierto esos insultos...", dijo incluso durante el plenario, llegando incluso a justificar meses de vejacines por "el jet lag" y el "cansancio" de trasladarse hasta Estados Unidos. En su afán por desacreditar a la víctima, incluso intentó hacer creer al tribunal que en realidad sólo habían pasado juntos unos días y que no mantenían una relación, sino que todo partía de la obsesión de la mujer: "Era él quien hablaba a ella de tener hijos y de construir una familia", destacó atónito el juzgado de lo penal.
Nicholas de la Calle es el abogado que ha representado a la víctima en este proceso judicial. Destaca que esta joven padeció "insultos constantes, vejaciones, un control más que enfermizo sobre la localización... se sintió atrapada y llegó un momento en que tuvo que denunciar".
'La víctima se sintió atrapada y llegó un momento en que tuvo que denunciar'
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El letrado también recuerda que "el enemigo del maltratador es la opinión pública, hay que enseñar a los demás lo que está ocurriendo, hay mucha gente deseando ayudar".
Antecedentes por maltrato
Para cuando este hombre empezó a convertir en un infierno la vida de su pareja vía Whatsapp, su historial delictivo ya acumulaba tres condenas firmes dictadas en Valladolid por maltratar a otras dos mujeres en la última década. Una de ellas, por ejemplo, le impuso en 2009 una condena de un año de cárcel por delitos de coacciones, amenazas y violencia de género: propinó un puñetazo a su pareja, en otra ocasión le dijo "voy a tu casa y te la voy a montar" cuando ella hablaba con otro joven en un bar de la localidad vallisoletana de Medina de Rioseco, y también incluso por amenazar a su pareja por teléfono.
La condena más reciente dictada por la Audiencia Provincial de Madrid, además de una multa de 900 euros, le prohíbe acercarse a menos de 500 metros de su víctima durante tres meses y le prohíbe además comunicarse con ella. "La pena de prohibición de comunicación se muestra como especialmente útil e indicada para el caso, pero también la de alejamiento a la vista de que ya ha sido condenado ejecutoriamente con anterioridad", dijo el juzgado de lo penal al atribuirle un delito leve de vejaciones ejercido sobre "quien sea o haya sido su cónyuge".
El teléfono de atención a las víctimas de violencia machista es el 016, es gratuito y no deja rastro en la factura.