Condenado por llamar al móvil de su exmujer 72 veces en 45 minutos
La Audiencia Provincial de Madrid confirma una orden de alejamiento y una sanción de 56 días de trabajos para la comunidad a un hombre que en una ocasión llamó 72 veces a su ex en tres cuartos de hora, y otro día llamó 108 veces a su número
El condenado reconoció los hechos pero alegó que no era delito / Getty Images
Madrid
A ritmo de llamada y media por minuto. Un hombre ha sido condenado a trabajar durante 56 días al servicio de la comunidad por acosar telefónicamente a su expareja, llegando a llamar a su móvil 72 veces en apenas tres cuartos de hora, además de llamar otras 108 veces a lo largo de otro día diciendo cosas como "eres una zorra, una gilipollas, una imbécil".
Ha sido la Audiencia Provincial quien ha confirmado una condena de 56 días de trabajos en beneficio de la comunidad, así como una orden de alejamiento de medio kilómetro por un delito continuado de coacciones leves, teniendo en cuenta la circunstancia atenuante de dilaciones indebidas.
Según el relato de hechos probados, el primer aluvión de llamadas tuvo lugar un día de febrero de 2013: un total de 72 llamadas en apenas 45 minutos "con ánimo de menoscabar la tranquilidad y sosiego" de su exmujer. Un mes después, llegaron otras 108 llamadas a lo largo de un día: "Me cago en ti y en tu puto padre, eres una zorra, una gilipollas, puta frustrada, graba la conversación puta muerta de hambre", dijo por ejemplo en una, llamando por ejemplo también a su hermano y diciéndole que "me paso por el forro las denuncias de tu hermanita, cuando te pille te voy a partir la boca".
<p>El pasado mes de agosto la Policía detuvo en Málaga a un hombre acusado de acosar a su expareja por teléfono e incluso por carta</p>
Los jueces de la Audiencia Provincial de Madrid refrendan la condena impuesta por un juzgado de lo penal de la capital, asegurando que existe "una contundente prueba de cargo", rechazando la alegación del acusado de haber activado un sistema de marcación automática. Impuso a su exmujer, dice la sentencia, "una comunicación de forma persistente y obsesiva", defendiendo también que haya sido condenado por un delito continuado.
