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Referéndum ilegal de independencia

El equipo de Rajoy teme que se proclame la independencia de Cataluña sin referéndum

Algunos populares hablan de aplicar el artículo 155, recordando que hay pleno en el Senado los días 26, 27 y 28

Otros consideran que hay que reservar cualquier medida por si Puigdemont decreta la república catalana después del 1-O

Dentro del Gobierno hay quien tacha la 'Operación Diálogo' de Sáenz de Santamaría de "absoluto fracaso"

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. / Quique García (EFE)

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

Madrid

A la espera de acontecimientos, el Gobierno y el PP insisten en que no habrá consulta ilegal el 1 de octubre. Pero se resisten a hablar sobre lo que ocurrirá el día después. Los colaboradores de Mariano Rajoy temen los pasos que pueden dar los independentistas. Creen que, después de lo que se vivió en el Parlament, son capaces de seguir adelante aún con sus leyes suspendidas por el Constitucional. "No descartamos que se proclame la independencia sin referéndum", reconocen en la cúpula de Génova.

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Los populares ven a los soberanistas dispuestos a continuar con sus planes. Están convencidos de que el president de la Generalitat busca que lo detengan. "Puigdemont quiere esa foto. Cuanto más mártir, mejor", señalan. Están convencidos de que desea generar "un conflicto social". Y, por eso mismo, desde el Ejecutivo dicen que Rajoy evita caer en provocaciones. Aunque, por ello, haya quien les acuse de inacción. En la Moncloa se defienden recordando que Hacienda se ha hecho con el control de las cuentas catalanas. "Ya no nos pueden decir que lo dejamos todo en manos del Constitucional. Como se puede comprobar, también se adoptan decisiones políticas", explica un senador del PP.

Sin embargo, para muchos no es consuelo. Hay dirigentes conservadores que no comprenden cómo se puede dejar que los independentistas abran su campaña en Tarragona o que Puigdemont haga una concentración de alcaldes. Consideran que se deberían aplicar medidas extraordinarias cuanto antes. "Esto es un peligro", "nos están tomando el pelo", "al dinamitar la leyes, se ha sentado un precedente", "mejor frenarlo ya porque va a ser muy grave"...Estos son algunos de los comentarios que circulan por las filas conservadoras.

Rajoy sabe que muchos le piden "mano dura". Pero, de momento, sigue apostando por ofrecer "una respuesta proporcional". Aunque en la Moncloa están en alerta. Por si todo estalla por los aires. Y eso puede ocurrir antes y después del 1-O. Por eso no se descarta nada. El presidente ya lo avisó el pasado viernes en Barcelona: "Están cometiendo ustedes un error y nos van a obligar a lo que no queremos llegar".

Les preocupa más, que a continuación, Puigdemont salga y decrete la república catalana

¿Llegar a qué? Dentro del PP algunos hablan de la Ley de Seguridad Nacional, otros del 155 de la Constitución, para intervenir por completo en la comunidad. Creen que si es necesario este artículo se podría aplicar antes de la fecha. Cuentan que hay tiempo, -bastan cinco días-, resaltando que hay pleno del Senado los días 26, 27 y 28 de septiembre. Otros, sin embargo, opinan que hay que reservarse para una situación extrema. Y es que los populares saben que en el 1-O habrá "líos". Pero les preocupa más, que a continuación, Puigdemont salga y decrete la república catalana.

En el Gobierno sostienen que eso no se va a tolerar. Y si se llega a esa situación, quieren actuar de forma contundente y consensuada con PSOE y Ciudadanos. Para el presidente es fundamental que el bloque constitucionalista no se fracture. Por eso, la comunicación con Pedro Sánchez y Albert Rivera está siendo bastante fluída. Se les va informando de todo y, por el momento, ambas formaciones van aprobando cuantas actuaciones se emprenden.

Pero los socialistas han pedido a Rajoy "mesura" y al PP le preocupa no contar con su respaldo si, al final, las iniciativas que se deben activar son drásticas. Aunque un sector del PP tiene la solución. A su juicio, llegado el caso, lo que debe hacer su jefe es imponerse y convocar elecciones generales para ver refrendada su estrategia por las urnas. Es lo que piensan unos cuantos, aunque desde la dirección nacional conservadora se apresuran a desterrar esta tesis señalando que "ahora mismo no nos encontramos en ese escenario".

La labor de la vicepresidenta 

En los próximos días, toda la atención recaerá sobre Rajoy. Algo, que lamentan varios altos cargos. De hecho es algo que aprovechan para criticar a la persona que era su parapeto hasta ahora: Soraya Sáenz de Santamaría. Dentro del Gobierno creen que le ha dejado "completamente expuesto". Cuestionan el papel que "la ministra de Cataluña" ha desempeñado y resaltan que la 'Operación Diálogo' ha sido "un absoluto fracaso". Piensan que ni el despacho que montó allí ni todos sus viajes sirvieron de nada.

En Vicepresidencia, sin embargo, defienden su labor. Aseguran que los contactos que se mantuvieron les vinieron bien para acercarse a la sociedad civil catalana y obtener información. Además, los que rodean a Sáenz de Santamaría se quejan de que cuando era portavoz muchos la acusaban de no mojarse y ahora que lo hace, también. En cualquier caso, la idea que se ha extendido ahora mismo por las filas populares es que ella y el presidente se han repartido los papeles. De ese modo, Rajoy se erige en hombre de Estado mientras ella entra al ataque.

Pero sí es cierto que sólo el jefe del Ejecutivo, con su gestión, se puede quemar ahora. Es más, los suyos están convencidos de que, después de todas las cosas por las que ha pasado, al final la historia le juzgará por su respuesta al desafío secesionista. Y no sólo España, también su partido. Hay mucho en juego porque las dos señas de identidad del PP son la economía y la unidad nacional y dicen que no se pueden permitir el lujo de perder ninguna de las dos.

 
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