Política
Referéndum 1 de Octubre

Cataluña rompe de nuevo al grupo del PSOE

Un buen número de diputados discrepan de la decisión de rechazar la propuesta de C's para cerrar filas con el Gobierno

La dirección del PSOE alega que la formación naranja se negó a aceptar una salida pactada a la crisis catalana

Cuatro diputados se saltan la disciplina de voto, aunque solo la exportavoz Soraya Rodríguez admite que lo hizo a conciencia

La portavoz de PSOE en el Congreso, Margarita Robles, durante la rueda de prensa posterior a la reunión de la Junta de Portavoces. / Fernando Alvarado EFE

Madrid

Muchos en el PSOE aseguraban que la iniciativa de Ciudadanos solo pretendía dividir, buscando un hueco "a la desesperada" en la gestión de la crisis catalana pero, finalmente, la propuesta terminó por hacer aflorar las diferencias internas que existen en el grupo socialista tras las primarias de mayo pasado. La situación que se vivió este martes en el Congreso ha sido la más tensa y la que ha expresado con más claridad esa división en los escaños del PSOE desde la reelección de Pedro Sánchez. Los socialistas volvieron a votar desunidos: cuatro diputados rompieron la disciplina de voto aunque sólo una, la exportavoz, Soraya Rodríguez, admitió que lo hizo para expresar su desacuerdo con la decisión de su partido.

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Durante toda la tarde fue evidente el malestar de un buen número de parlamentarios que se estaban enterando de que la dirección socialista planeaba rechazar la propuesta con la que Ciudadanos perseguía cerrar filas con el Gobierno. El PSOE contaba con que los naranjas aceptasen sus enmiendas, entre ellas, una en la que proponía que se busque "una salida pactada y legal que permita desterrar la división y reforzar la convivencia". El no del partido de Albert Rivera a esta aportación socialista fue para la dirección del PSOE una "muestra más" de que Ciudadanos solo quería deteriorar la posición del PSC en Cataluña, con una intencionalidad claramente electoral. En todo momento, sostienen en Ferraz que esa solución "pactada y legal" pasa por la reforma federal de la Constitución.

Mientras se hablaba sobre el contenido de las enmiendas entre los interlocutores de uno y otro partido, en el patio del Congreso se vieron gestos de preocupación de un buen número de diputados. Un grupo de ellos discutía sobre el posicionamiento del PSOE a la vista de todos. Entre los presentes en esas conversaciones estaban los exportavoces Antonio Hernando o Soraya Rodríguez, también históricos como Cipriá Ciscar o José María Barreda que, según explicó, no entendía que el PSOE, en este contexto, no ponga por delante la defensa de la Constitución y opte por lanzar un mensaje que pueda confundir a la opinión pública sobre su posición contra el referéndum suspendido por la Tribunal Constitucional.

La "presión" del PSC

Antes de la votación, distintos diputados expresaron a la Cadena Ser su inquietud e incomodidad si finalmente se optaba por un no que nadie había defendido en la reunión de grupo que habían mantenido por la mañana, como siempre, antes de los plenos del Congreso. "Lo que estaba en el ambiente era el sí, si aceptaban las enmiendas, y en el caso de que no fuera así, como mucho la abstención, a la que apuntó sólo Odón Elorza, nadie habló del no", explicó a esta redacción uno de los asistentes a esa reunión preparatoria. Algunos de esos parlamentarios atribuían el viraje al no a la "presión" del PSC para buscar oxígeno y distanciarse de las posiciones de PP y Ciudadanos en Cataluña.

El no se impuso como posición oficial y, atendiendo a la letra de la iniciativa, el Congreso no respaldó la estrategia del Gobierno contra el desafío soberanista. La disciplina de voto la rompieron cuatro diputados: tres diputados andaluces y la exportavoz, Soraya Rodríguez.

Los andaluces no ocultaban su desacuerdo con la posición oficial, pero justificaron la abstención alegando que fue un "error". De hecho, antes de la votación, la consigna que lanzó el jefe de la delegación andaluza, Antonio Pradas, fue "votar con la disciplina de voto". El propio Pradas la rompió sin intención de hacerlo, según explicó al secretario de Organización, José Luis Ábalos, y a los periodistas que le preguntaron. El PSOE andaluz negó que hubiera dado cualquier directriz. Sostuvo desde un primer momento que tanto Pradas como Gregorio Cámara y José Juan Díaz Trillo se confundieron por los comentarios que se hicieron en voz alta entre los escaños. La propia Zaida Cantera, cercana a Pedro Sánchez, explicó que inicialmente creía que la posición era abstenerse y que así lo dijo en voz alta.

Quien sí que votó contra la orden de la dirección a conciencia fue Soraya Rodríguez. En declaraciones a Hora 25 dejó claro que nadie defendió en la reunión del grupo de la mañana que el PSOE iba a desmarcarse de esta iniciativa de Ciudadanos. La "gravedad" de la crisis constitucional, según Rodríguez, debe de estar por delante de cualquier consideración de partido.

Ferraz mira al 2 de octubre

En Ferraz admiten que quizá no hubo suficiente debate entre los diputados. Fuentes de la dirección aseguran que optaron por el no por el "oportunismo" de Albert Rivera, que no quiso aceptar su enmienda para buscar una solución dialogada. "Si cerramos esa puerta, dónde nos vamos a poner el día 2 de octubre", explicaban esas fuentes. Para el PSOE, Ciudadanos se convirtió ayer "en parte del problema". Para mayor indignación de los socialistas, "todo lo hacen para buscar un hueco en el debate público sobre Cataluña". A eso atribuyen también que se desmarque de la comisión de estudio del modelo territorial, sobre la que Rivera volvió a hacer declaraciones en tono despectivo.

Hay otro episodio que enrarece aún más el ambiente. La votación en contra de la estrategia del Gobierno se produjo solo horas después de que la portavoz del PSOE, Margarita Robles, elevase el tono contra Mariano Rajoy: si el día anterior Ferraz pedía prudencia y mesura, este martes por la mañana la portavoz acusó al presidente del Gobierno de esconderse "detrás de las togas" y le exigió que aclare si va a aplicar o no el artículo 155 de la Constitución.

A pesar de todo ello, de las declaraciones de Robles presionando a Rajoy y del rechazo del PSOE a respaldar con sus votos la acción del Gobierno, tanto la portavoz socialista como Ábalos mantuvieron contactos con Moncloa y el PP para garantizarles que el PSOE sigue estando a su lado en la defensa del Estado de derecho.

Las heridas de las primarias

A Ferraz no parecía preocuparle tras el Pleno la imagen de un PSOE desunido a cuenta de la situación de Cataluña. "El problema no es de fondo. Quienes estaban en contra de que votáramos no, solo estaban preocupados por los titulares de los periódicos y aquí algunos hemos ganado unas primarias a pesar de los titulares de los periódicos", defendía un miembro destacado del equipo de Pedro Sánchez. Y remataba con el siguiente comentario: "Son los mismos que no querían decir no a Rajoy y aquí esto se zanjó en las primarias".

 
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