Trapero protegió a los altos cargos detenidos en la 'operación Anubis' de cara al 1-O
Según las intervenciones telefónicas incluídas en el atestado policial, la Generalitat reforzó a través de la jefatura de los Mossos las medidas de seguridad de los detenidos en la operación 'Anubis' de cara a la jornada del 1-O .
Madrid
El atestado policial elaborado por la Guardia Civil y enviado a la Audiencia Nacional en la causa que investiga un posible delito de sedición, incluye el contenido de los pinchazos telefónicos a seis altos cargos del Govern, entre ellos, Josep María Jové, secretario general de vicepresidencia, Economía y Hacienda y detenido el pasado 20 de septiembre por orden de un juzgado de Barcelona también por un posible delito de sedición.
Los agentes señalan la importancia de una llamada del número dos de Junqueras, Josep María Jove, en la que habla con su esposa sobre una tercera persona, un tal César (de las intervenciones se infiere que es policía), que iba a reunirse con el mayor de los Mossos, Josep Lluis Trapero, "y quería saber si necesitaba algo para transmitirle". Según el informe, "de nuevo aparece la figura del jefe operativo de los Mossos como la persona que proporciona apoyo a los imputados en unas diligencias judiciales y no con la intención de apoyar la investigación judicial sino más bien para dar apoyo a los investigados".
El atestado incluye otra llamada significativa para los agentes y de la que concluyen que "el cuerpo de los Mossos, o más bien los jefes políticos y policiales del mismo, están totalmente involucrados en este proceso separatista". Se trata de la llamada de Francesc Sutrias i Grau, director de Patrimonio en la Secretaría de Hacienda, y Pere Soler, director de los Mossos d´Esquadra, nombrado el 18 de julio en sustitución de Albert Batlle que presentó su dimisión tras publicar en un tuit 'votaremos el 1-O. No lo podrán evitar'.
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En esta llamada Sutrías pide ayuda a Soler ya que "necesita estar tranquilo en su despacho, su coche y su casa". Soler le responde que han aumentado la vigilancia a quienes han estado expuestos. A lo que le contesta que "no habla de escoltas". Y Soler insiste "le ha entendido y lo hablarán con más calma". La conversación no queda ahí y Sutrías reitera "que no se reúne con nadie en su despacho por razones obvias". Pere Soler le replica que lo mismo pasa con el teléfono y quedan en verse personalmente.
Del análisis de estas conversaciones los agentes concluyen que "la Generalitat utiliza a su policía autonómica para realizar funciones de protección y seguridad de sus miembros, no contra acciones de terceros que puedan infringir la ley para tratar de perjudicarles, sino contra la actuación de un juez o de una investigación policial y es obvio que las órdenes para el cumplimiento de los requerimientos de Sutrías hace a Soler se transmiten a través del jefe policial de los Mossos, Josep Lluis Trapero".
En los pinchazos, los implicados además hacen alusión a los medios técnicos en una clara referencia al uso de dispositivos electrónicos como teléfonos móviles, ordenadores y otros sistemas de comunicación. "Nuevamente resulta sorprendente las medidas de seguridad que el Gobierno de la Generalitat a través de la jefatura de los Mossos, quieren dispensar a todas las personas que han estado involucradas en la operación policial del 20 se septiembre, perswonas encargadas de desarrollar los mecanismos necesarios para la celebración del referéndum del día 1 de octubre".
Los agentes incluyen otras conversaciones sobre la presencia policial de los Mossos en la jornada del 1 de octubre y señalan que "no habían supuesto impedimento alguno para se estuviera celebrando un acto ilegal sobre el que había órdenes claras del TSJC de que no debía permitirse".