Un inquilino feliz en casa ajena

Madrid

Los tópicos no sirven para el fútbol. Ni las matemáticas. Ni las estadísticas. Por mucho que nos empeñamos a rebuscar una lógica y aplicar el sentido común en el comportamiento de los equipos y las tendencias que crean los resultados, el fútbol siempre se encarga de romper el relato. Cuando se supone que lo difícil era ganar en el vetusto estadio Vicente Calderón aparece el Atlético y encadena casi once meses sin perder fuera de casa en la competición doméstica. Si el dicho apunta que como en casa en ningún sitio, el fútbol se encarga de contradecir el proverbio.

En pleno nubarrón de dudas sobre el juego del equipo, el Atlético ganó en Vigo y sigue con su hoja de servicios inmaculada a domicilio este año. La última vez que puso el pie a tierra fue en Villareal el lunes 12 de diciembre. Fue el inicio de la retirada de Tiago, el día en el que Oblak tuvo su peor función y se fue lesionado. El día en el que los rojiblancos marcaron un antes y un después. Desde aquel día han jugado 17 partidos ligueros fuera de casa y no han perdido ni uno. Nueve victorias y ocho empates. La mejor racha de su historia. De hecho, solo han perdido un partido a domicilio en todas las competiciones. Fue en el Santiago Bernabéu, en las semifinales de la Liga de Campeones, en la primera parte del epílogo de la competición europeo del curso pasado. El único borrón de una cuenta inmaculada y que demuestra que se puede ser feliz en casa ajena.