Partido Popular y Ciudadanos se disputan el voto del artículo 155 en Cataluña
Ambos partidos intentarán sacar rédito de la "vuelta a la normalidad" que ha supuesto la aplicación del artículo constitucional
Génova quiere impedir que los de Rivera crezcan a costa de las actuaciones del Ejecutivo de Rajoy
Madrid
En el PP y en el Gobierno se debate cuál debe ser la implicación de Mariano Rajoy en la campaña electoral del 21 de diciembre. La Moncloa apuesta por medir mucho el papel del presidente porque sus asesores no quieren que se queme con el resultado. Sin embargo, en Génova esperan que su actuación sea importante para evitar que Ciudadanos se lleve votos a costa de la gestión que ha hecho el Ejecutivo de la crisis política en Cataluña.
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El partido naranja y la formación conservadora van a intentar sacar rédito de la aplicación del artículo 155 diciendo que ha sido la vía que ha permitido parar la deriva secesionista de Puigdemont poniendo fecha a las elecciones. “No vamos a avergonzarnos por haber defendido la Constitución”, dicen los estrategas de Ciudadanos que creen que tras once años en el Parlament están ante la oportunidad definitiva para llegar al Govern de la Generalitat.
En esa batalla por ganar el relato, los populares insistirán en la idea de que ha sido el Ejecutivo central el encargado de poner en marcha todas las medidas mientras que el resto de formaciones solo se han posicionado a favor o en contra. "No vamos a permitir que Rivera capitalice todo eso", dicen fuentes del comité de campaña. "El presidente es nuestro mayor activo", reitera un diputado popular que cree que Rajoy es quien debe defender esos argumentos en primera persona.
Por su parte, los de Albert Rivera pretenden convencer de que si Rajoy optó por activar el artículo 155 para convocar elecciones fue gracias a la insistente petición de su líder en que lo hiciera. Ciudadanos hará hincapié en su experiencia “de lucha contra el nacionalismo” y el papel destacado que ha tenido el partido liderando la oposición en los últimos años.
En la formación están seguros de que pueden volver a dar la sorpresa con un resultado mejor que el de septiembre de 2015. La clave está, según dicen, en mantener movilizadas a las miles de personas que han salido a la calle en contra del independentismo. Fuentes de la ejecutiva nacional confían en que los partidarios de la ruptura con España no acudan a votar de forma tan masiva como en otras ocasiones.
En cualquier caso, tanto PP como Ciudadanos apuestan por concentrar esfuerzos en conseguir que tras el 21 de diciembre haya una mayoría no independentista en el Parlament. Inés Arrimadas ha pedido, por ahora sin mucho éxito, un acuerdo previo para que los partidos que están a favor de la unidad de España se comprometan a apoyar la investidura de la primera fuerza no soberanista.
Además, desde la dirección de ambos partidos admiten que los comicios serán extraordinarios “porque pueden celebrarse con alguno de los candidatos a la presidencia en prisión”. De todos modos, la idea de PP y Ciudadanos es ignorar este extremo y dejar que la vía judicial siga adelante, aunque discurra en paralelo a la vía política que desembocará en la cita con las urnas.