Las adolescentes rohingya, invisibles
Según la ONU, todas han sido víctimas o testigos de violaciones, ataques sexuales o asesinatos.
Llegan a Bangladesh y siguen sufriendo esa violencia sexual, pero no lo cuentan ni piden ayuda. Según Plan Internacional, no hay espacios en los que se sientan seguras y protegidas.
Madrid
Anjuman tiene 15 años y está embarazada. Ha llegado a Bangladesh desde Myanmar y ahora vive en una tienda improvisada, construida con plásticos y palos de bambú. Una tienda de unos cinco metros cuadrados de la que apenas puede salir porque no se atreve. Como ella hay cientos de adolescentes rohingya.
Las adolescentes rohingya, invisibles
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"Tienen miedo. Han tenido experiencias horribles en Myanmar. No confían, están en un ambiente nuevo, es muy fácil perderse y están rodeadas de extraños. Tienen miedo a ser violadas o atacadas sexualmente", cuenta Elspeth Chapman, especialista en emergencias de Plan Internacional. Todas, según Naciones Unidas, han sido víctimas o testigos de violaciones, ataques sexuales o asesinatos. En muchos casos, según Human Rights Watch o Amnistía Internacional, son crímenes cometidos por las fuerzas militares birmanas. Llegan a Bangladesh y siguen sufriendo esa violencia sexual, "pero no lo cuentan ni buscan ayuda". Por eso, según Plan Internacional, son invisibles. Desde esta organización, dicen que igual que se han creado espacios en los que los niños se sienten seguros y protegidos, esos espacios tienen que crearse también para las adolescentes para que puedan expresarse, contar lo que han sufrido y recuperarse psicológicamente.
Algunas vienen con sus familias, que las intentan proteger prohibiéndoles salir de la tienda o casándolas. Elspeth, que acaba de volver de visitar la zona, nos explica que los matrimonios infantiles aumentan en situaciones de emergencia. "Los matrimonios infantiles son habituales en la comunidad rohingya, pero ahora aún ocurren más temprano. Desde 2012, el 50% de las niñas rohingya han sido casadas antes de los 18 años. Las familias utilizan el matrimonio como un mecanismo de protección". Otras muchas, como Anjuman, llegan solas y embarazadas.
Las complicaciones se multiplican cuando tienen la menstruación. Por el día, no quieren a ir a las letrinas comunes. "Tienen vergüenza. Las letrinas están hechas con un plástico fino y los hombres las miran mientras se asean". Y por la noche, corren el riesgo de ser violadas o atacadas. Así que muchas optan por no salir. "Buscan otras formas de aseo dentro de la tienda, lo que evidentemente implica un gran problema de higiene", explica Elspeth. En ocasiones, utilizan trozos de tela en sustitución de los productos higiénicos que no tienen.
Desde finales de agosto, más de medio millón de rohingyas han salido huyendo de Myanmar buscando refugio en Bangladesh. De esos, según datos de Naciones Unidas, la mitad son niños. Huyen de una ola de violencia en el estado de Rakhine. El Gobierno de Myanmar niega que se esté atacando a civiles y desde la ONU, por su parte, dicen que se trata de una limpieza étnica que podría ponerse como ejemplo en los libros de texto.
Sara Selva Ortiz
Redactora de la sección de Nacional. Antes trabajó en el equipo de Hoy por Hoy, en Economía, en Informativos...