El FMI mejora su proyección de crecimiento económico para España en 2017
El Fondo Monetario Internacional prevé una reducción de la tasa de paro para 2019 que lo dejaría en el 15%
FMI mejora previsión de crecimiento para España en 2017
Madrid
El FMI mejora su previsión de crecimiento para España este año y la sitúa en el 3,1%, la misma cifra que maneja el Gobierno y la Comisión Europea. También mejora su perspectiva de crecimiento para el año que viene, hasta el 2,5%, mientras que el Ejecutivo español es más prudente y se queda dos décimas por detrás, en el 2,3%, según el borrador del presupuesto que ha enviado a Bruselas.
En cuanto al desempleo, el fondo cree que la tasa de paro seguirá bajando hasta el 15% para 2019, que significa una mejora de 6 décimas respecto a lo que dijo en abril . En el control del déficit público, este organismo cree que nuestro país mejora su previsión de déficit hasta el 3,2%, una décima más de lo que calcula el Gobierno español.
La recuperación económica de Europa se está fortaleciendo y ampliando de una manera "apreciable", razón por la que, tal y como ha subrayado el organismo internacional, ha decidido realizar "grandes revisiones al alza".
Cuestiona la sostenibilidad del crecimiento
El FMI señala que en muchas partes de Europa, el crecimiento salarial es "lento" a pesar del descenso del desempleo y, mientras que los riesgos parecen más equilibrados en el corto plazo, aún se inclinan a la baja en el medio plazo. Así, aunque prevé que la recuperación puede finalmente ser "más fuerte" de la proyectada en el corto plazo, la sostenibilidad del rebote sigue estando en cuestión.
"A largo plazo, las tendencias demográficas adversas y la baja productividad probablemente frenen el crecimiento. Las perspectivas también están sujetas a varios riesgos importantes a nivel interno y externo", señala el FMI. Por ello, considera que los responsables políticos deberían aprovechar las favorables condiciones actuales para reconstruir las reservas fiscales y mejorar la capacidad de la economía para crecer y absorber shocks.
En este sentido, cree que la reducción de los déficts públicos es una de las principales tareas en las que se deben centrar muchas economías, y advierte a aquellos gobiernos con elevada deuda de la particular importancia de esto, dado el previsible escenario futuro de tipos de interés más altos. Aquí sitúa a varias economías avanzadas como España, Bélgica, Francia, Italia, Portugal o Reino Unido, las cuales tiene unas elevadas tasas de deuda pública y espacios fiscales muy limitados.
Respecto a los países con posiciones fiscales más fuertes, aconseja que usen el espacio fiscal disponible para elevar el potencial de crecimiento y apoyar las reformas estructurales. Asimismo, aboga por que las políticas estructurales "revitalicen" la convergencia, que asegura que se ha desacelerado tras la crisis.
En concreto, el FMI recomienda a las economías avanzadas que progresen más rápidamente en la aplicación de las reformas estructurales con las que se eleve el crecimiento de la productividad, haciendo que los mercados de productos sean más competitivos y mejorando los mercados laborales, así como priorizar la inversión en educación y formación.
En cuanto a los "legados de la crisis", como califica la institución monetaria a los países que todavía arrastran secuelas de la recesión, considera necesario que prioricen la limpieza de los balances de sus bancos más débiles.
A este respecto, el FMI apunta que en la Europa avanzada, los préstamos dudosos o con incumplimientos (NPL, por sus siglas en inglés) se han reducido en aproximadamente 160.000 millones de euros -sobre todo en los hogares- desde su máximo en 2014. No obstante, advierte de que el stock total aún sigue siendo alto, situándose justo por debajo de 1 billón de euros. España e Irlanda representan gran parte de la reducción de este tipo de préstamos, mientras que el reciente repunte de venta de NPL en Italia resulta 'alentador'.
Mejorar la capacidad de hacer frente a shocks
De forma general, el FMI considera imprescindible fortalecer la capacidad de adaptación de la Unión Europea y, en particular, en la zona euro, a los shocks. Según apunta, esto requiere completar los sindicatos de los mercados bancarios y de capitales, y construir un apoyo fiscal para proporcionar un mecanismo de estabilización macroeconómica.
Paralelamente, cree necesario actuar sobre los bancos que todavía se presentan como "problemáticos" y aplicar estrictamente las reglas fiscales comunes. Asimismo, señala que las reformas deben centrarse en políticas de competencia fuertes, menores barreras comerciales y políticas fiscales redistributivas que amplíen las oportunidades.
Sostiene, además, que los funcionarios públicos deben ser seleccionados y promocionados en su puesto de trabajo por mérito propio, y asevera que se garantice la libertad de información y la transparencia sobre el desempeño de los gobiernos, el uso de los recursos públicos o los intereses financieros.