La fiscalía española ve bien la decisión de sus homólogos belgas sobre Puigdemont

Madrid

La premisa mayor que barajan los fiscales españoles y el juzgado, según reconocen fuentes de ambas instituciones, es que sus homólogos belgas han dado el visto bueno, sin ningún tipo de reparo, a que se ejecute la orden europea de entrega de Puigdemont y los cuatro huidos.

Se disipan por tanto las dudas sobre si la fiscalía belga ponía reparos a nuestras cárceles porque el hecho práctico es su confianza plena en nuestras instituciones y recintos carcelarios y el visto bueno a la entrega de los prófugos.

La segunda verdad judicial que aplauden desde España es que la Fiscalía Bruselense acepta los delitos por los que se les reclama -incluyendo los de rebelión y sedición- salvo el de prevaricación porque encajan en el ordenamiento jurídico belga aunque figuren en su código penal con otros nombres como "coalición de funcionarios" o "malversación por funcionarios".

Y además, porque el código penal belga es mucho más duro que el español. En su artículo 104 se castiga con penas de cárcel entre 20 y 30 años a quienes intentan destruir la forma de gobierno y con 15 años de prisión a quienes conspiren para hacerlo. Es decir, son conductas por hechos asimilables a los que señala nuestro Código Penal.

En cuanto al delito de prevaricación, todavía está por concretar si tiene encaje en algún tipo penal de la legislación Belga, aunque, según fuentes fiscales, poco importa. No es relevante, según explican, porque la Orden Europea de Detención se basa en la entrega por unos hechos y no por un delito.

Es independiente la calificación jurídica del delito en el estado emisor y de ejecución, en Bélgica o en España, porque los hechos son sagrados y, según vaticinan, serán juzgados por ellos.