Los ‘héroes del sábado’ de Madrid

Madrid

La Maravillosa Orquesta del Alcohol (o la M.O.D.A. como se les conoce comúnmente) es uno de los grupos más prometedores del panorama musical nacional y estos días lo están demostrando en Madrid con sus tres conciertos de presentación de su tercer disco de estudio: ‘Salvavida (de las balas perdidas)’.

Las primeras notas de 'Mil Demonios' callaban el rumor de los cientos de personas que llenaban este sábado la Sala La Riviera de Madrid por segunda vez esta semana y daban paso a un sinfín de gritos y aplausos.

La banda burgalesa continuaba su show con 'La Inmensidad' el primer single de su tercer disco y una canción que habla de la búsqueda de uno mismo. A sus habituales influencias del folk, rock o blues incorporan un guiño al folclore español. Ya en esta canción se puede oír el pandero cuadrado de Salamanca.

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Estos dos temas ya dan una pista de la importancia que han querido dar a las letras en este álbum, muchas de ellas críticas y muy duras, al considerar que la música es un gran elemento de unión en un momento en el que nos alejamos cada vez más.

'Canción para no decir te quiero', 'Amoxicilina', 'Suelo gris' y 'Disolutos' se iban sucediendo rápidamente, casi sin descansos, con un ritmo frenético que encantó a los fans de la banda, que obligaron a colgar el cartel de sold out en sus tres conciertos en Madrid.

La M.O.D.A es el claro ejemplo de que talento y trabajo constante pueden tener como resultado el éxito, pero los 7 miembros de la banda no quisieron olvidarse de aquellos momentos “en los que tocábamos en Madrid y no éramos más de 20”, decía el cantante al entregado público que respondió con gritos y aplausos.

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Tras 'Amanecederos', llegaba el turno de 'Los locos son ellos', otra de las canciones de su nuevo álbum. A continuación el público cantó y bailó 'O naufragar', 'Miles Davis', 'La cuerda floja', '¿Quién nos va a salvar?', 'PRMVR' o 'Catedrales' en una perfecta sucesión de temas antiguos y temas nuevos.

Ataviados con sus ya míticas camisetas interiores de tirantes blancas, los miembros del septeto disfrutaron tanto o más que los cientos de personas que llenaban La Riviera. El aclamado y coreado Joselito Maravillas lo dio todo con su acordeón, Jorge Juan se mezcló con el público con su bajo en la mano y Álvar de Pablo alternaba saxofón y clarinete de forma magistral.

David Ruiz, tras agradecer una vez más la asistencia y la entrega del público, decía a los fans que “iban a cantar con el corazón”. Pocos segundos después comenzaban los primeros acordes de 'Océano', una canción en la que el cantante, casi sin acompañamiento, recita cómo “la vida no es lo que veías en películas”.

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A continuación, el show tuvo una serie de momentos íntimos y emotivos, dedicando canciones a los fans "que nos seguís desde el principio", recordando sus inicios en un garaje "donde nadie sabía de nuestra existencia" y acordándose de Adán, el exguitarrista del grupo en 'La vieja banda'. Ruiz se quedaba solo en el escenario poco después para cantar con su particular voz rasgada 'Campo Amarillo', en la que habla de la vida de nuestros abuelos, de nuestros recuerdos, de nuestra infancia y de nuestras raíces.

La traca final llegaba con 'Himno nacional', 'Nómadas' y 'Gasoline', canciones que el público bailó y cantó hasta dejarse la voz. El líder de la Maravillosa Orquesta del Alcohol daba paso entonces a la canción que cerraría el concierto: "Héroes del sábado", ya convertido en himno de una banda que, tras un lustro de actividad, ya llena grandes salas de España y de la que se hablará mucho en los próximos años.