Tensión en el seno de CEOE por la negociación salarial
Bloqueo en la reunión de la dirección por la negativa de los más radicales a dar más margen a los aumentos de sueldos
Madrid
Las dos facciones que van tomando forma en CEOE han vuelto a escenificar sus discrepancias a las bravas en una reunión de la Junta Directiva. Ya habían cruzado espadas a comienzos de curso a propósito de la posición de los empresarios respecto a la crisis catalana, y ahora han vuelto a medirse a cuenta de los salarios. Porque a finales de año hay dos asuntos clave relacionados con los sueldos que hay que resolver (la fijación del Salario Mínimo –el SMI- y las negociaciones con los sindicatos para tratar de llegar a un acuerdo general para 2018), y las posiciones no pueden ser más contrarias.
El sector oficialista, liderado por el presidente Joan Rosell y respaldado por buena parte del Comité Directivo (el núcleo duro del poder en CEOE), es partidario de respaldar al Gobierno si –como parece- propone una subida significativa del SMI, del orden del 5% o el 6%, según fuentes empresariales. Además, este sector es partidario de plantear subidas para el resto de los salarios mejores de las que ofrecían en la negociación del malogrado acuerdo de salarios de este año: para 2018, proponen ofrecer subidas de hasta el 2%, que podrían llegar al 3% en las empresas y sectores que se encuentren en mejor situación económica (en 2017, la oferta sólo alcanzaba al 2,5% en el mejor de los casos).
Posiciones enfrentadas
Su razonamiento es que la economía está en buen estado, y que la subida del SMI del 8% en 2017 no ha dañado a la creación de empleo, por lo que es el momento de apuntalar el crecimiento haciendo que la recuperación se traslade más a los salarios. Pero esta postura, que está –por cierto- en sintonía con el Gobierno, es anatema para el sector más duro del empresariado, según se ha demostrado –según fuentes empresariales- en la Junta de este miércoles. El líder de esta facción, el presidente de la patronal madrileña CEIM, Juan Pablo Lázaro, ha tomado la palabra para reprochar a Rosell “con tono áspero”, según estas fuentes, que plantee estas subidas cuando hay empresas todavía en números rojos.
La reunión ha seguido con intervenciones de empresarios “en todos los sentidos, y con más reproches entre Lázaro y Rosell”, siempre según estas fuentes. En el trasfondo, explican, está la carrera por liderar la patronal en las elecciones que se esperan para finales del año que viene. El caso es que la pelea ha terminado en bloqueo: en vez de retomar este mismo mes las conversaciones salariales con los sindicatos, como era el deseo del oficialismo, quedan pospuestas a enero, y se descarta también respaldar una eventual subida notable del SMI por parte del Gobierno.
Los partidarios de Rosell, no obstante, anuncian que las conversaciones con los sindicatos seguirán, aunque sea de manera informal, este mes, con el objetivo de encarrilar un acuerdo de salarios a comienzos de 2018.