Internacional
Conflicto árabe-israelí

Un fotógrafo captura el momento en que un agente israelí de incógnito le apunta a la cara con una pistola

Mohamad Torokman cubría una manifestación contra la decisión de Trump de reconocer Jerusalén como capital israelí

Un agente israelí de incógnito detiene a un manifestante palestino cerca del asentamiento judío de Beit El, en Ramala (Cisjordania). / MOHAMAD TOROKMAN Reuters

Cisjordania

Un fotógrafo de la agencia Reuters, Mohamad Torokman, capturó el pasado miércoles el momento en que fue encañonado por un agente israelí de incógnito mientras cubría una protesta palestina en contra de la decisión de Donald Trump de reconocer a Jerusalén como capital de Israel.

El fotógrafo observó cómo un agente militar israelí de incógnito puso fin a una manifestación palestina, una técnica de inflitración rara vez vista y mucho menos documentada, cuando se encontró con una pistola apuntándole directamente.

Torokman, que ha cubierto el conflicto en la región desde hace casi dos décadas, fue enviado cerca de la zona judía de Beit El, próxima al barrio palestino de Ramala, donde desde hace días se multiplican las protestas contra la decisión del presidente estadounidense. Cientos de personas asistieron al encuentro; algunos quemaban ruedas, otros lanzaban piedras a las tropas israelíes, sin imaginarse la sorpresa militar que les aguardaba.

Cinco minutos "terroríficos"

Según relata el propio fotógrafo, "el personal de incógnito se estaba haciendo pasar por manifestantes palestinos y se colocaron detrás de los que arrojaban piedras" cuando, de repente "empezaron a dar tiros al aire y a arrojar granadas al mismo tiempo", explica.

Otra de las fotografías tomadas durante las protestas. / MOHAMAD TOROKMAN

El estruendo de las granadas y los disparos causaron pánico entre los protestantes. Torokman vio como ocho israelíes que portaban máscaras diseñadas con tocados de la bandera palestina, saltaban a la acción y detenían a varios manifestantes. El fotógrafo continuó tomando imágenes hasta el momento en que un agente de incógnito zarandeaba con un manifestante, cuando vio el arma apuntándole directamente a la cara.

"Me gritó que me fuera de ahí", relata Torokman, que describe el ambiente como "terrorífico". "Seguí sus órdenes por mi propia seguridad y me aparté rápidamente", recuerda. Los manifestantes huyeron y Torokman siguió haciendo su trabajo. El incidente duró menos de cinco minutos.

Es la tercera vez que fue testigo de primera mano del trabajo de los comandos hebreos de incógnito, conocidos en hebreo como Mistaravim o disfrazados de árabes, pero fue describe este encuentro como el más aterrador.

"El nivel de riesgo fue el más elevado en este ocasión porque el personal me apuntaba directamente", ha contado.

 
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