El acuerdo plurianual de subida del salario mínimo interprofesional (SMI) ya está firmado. Este martes, en el Salón de Tapices del Palacio de La Moncloa (el espacio que se utiliza para dar solemnidad a los grandes pactos) lo han rubricado el Presidente del Gobierno y los líderes de los principales sindicatos y patronales: Pepe Álvarez (UGT), Unai Sordo (CCOO), Joan Rosell (CEOE) y Antonio Garamendi (CEPYME). El acuerdo contempla la subida del 4% del SMI para 2018, que pasa por tanto de los 707,70 euros en 14 pagas actuales a 735,90, y las subidas que llevarán al salario mínimo hasta los 850 euros en 14 pagas en 2020: un 5% en 2019 y un 10% en 2020. El salto que dará el salario mínimo de cumplirse esta senda es del 20,12% en 3 años. En todo caso, el pacto empezará a reflejarse en normas con validez legal este próximo viernes, cuando el Gobierno apruebe el Real Decreto con la subida para 2018. Los otros aumentos se harán realidad en los correspondientes reales decretos que se firmen a finales de 2018 y de 2019, siempre que se cumplan las condiciones estipuladas en el acuerdo: que cada año el aumento del PIB real supere en 2,5% y que el crecimiento de la afiliación media a la Seguridad Social sea de 450.000 personas. La ceremonia ha sido sencilla y breve: una vez firmado el documento, los líderes sindicales y empresariales y el Presidente del Gobierno se han sucedido en el uso de la palabra para valorar el pacto. Los Secretarios Generales de UGT y CCOO han aprovechado la ocasión para subrayar la necesidad de que suban el resto de los sueldos: «Va más allá de las exigencias sindicales» decía Unai Sordo; «es la Comisión Europea, es el FMI, es el BCE el que están recomendando a economías como la española la necesidad de un salto en el conjunto de los salarios». «Esta firma para nosotros va más allá del SMI, lo enmarcamos en una senda de nuevos acuerdos que sitúe a nuestro país en una senda de reparto de la riqueza», añadía por su parte Pepe Álvarez. Los líderes empresariales no han entrado a valorar esa posible influencia del acuerdo en negociaciones más allá del SMI, pero no han ahorrado elogios para este pacto. Para Joan Rosell, el acuerdo es «razonable, va en la buena dirección, da un mensaje de optimismo». Antonio Garamendi, por su parte, enfatizaba que el diálogo social es, para él, «clave en la recuperación». El Presidente del Gobierno, por su parte, ha dedicado buena parte de su intervención a hablar de la recuperación tras la crisis y a poner el acento en la necesidad de unidad para consolidar el crecimiento. «Hoy es un buen día para poner en valor a España y es un motivo de satisfacción poder hacerlo con los agentes sociales», aseguraba Mariano Rajoy. La última vez que los líderes empresariales y sindicales estuvieron con un presidente del Gobierno firmando un acuerdo en el Salón de Tapices fue hace casi siete años, el 2 de febrero de 2011, cuando se solemnizó el llamado «Acuerdo Social y Económico», el ASE. Aquel texto incluía la reforma de las pensiones cuyo punto más destacado era el aumento gradual de la edad de jubilación a los 67 años, una norma que sigue en vigor aunque ha sufrido cambios por la reforma de pensiones de 2013. El ASE incluía otras disposiciones referidas a la negociación colectiva, a las políticas de empleo y al diálogo en torno a los empleados públicos que en este caso fueron barridas totalmente por el cambio de Gobierno y la aprobación de la reforma laboral de Rajoy que tuvieron lugar unos meses después. De los seis firmantes del pacto de 2011 en el Salón de Tapices sólo repite hoy uno, el presidente de CEOE Joan Rosell: Rodríguez Zapatero y Valeriano Gómez perdieron las elecciones nueve meses después de la firma, Jesús Terciado dimitió en plena investigación judicial sobre cobros que empresas suyas habían realizado a la patronal que dirigía, CEPYME (un caso del que ha sido absuelto este verano) y Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo decidieron no presentarse a la reelección en los últimos congresos de UGT (en 2016) y Comisiones (este año).