La banca afronta 2018 con 85.000 empleados menos y 18.000 oficinas cerradas
Este año, se producirá el grueso de las salidas de los ERE en Santander y Popular, Evo Banco, Liberbank e Ibercaja y se acordará el de Bankia y BMN
Madrid
El sector bancario atravesará 2018 con 85.000 empleados menos (más del 30% de la plantilla) y 18.000 oficinas cerradas (en torno al 40% de la red) desde el año 2008, según calcula Roberto Tornamira, responsable de banca del sindicato UGT.
En esa cifra se incluyen las salidas de los ERE acordados en 2017 (se materializarán la mayor parte este año) y que afectan a más de 3.000 personas, calcula Joan Sierra, de Comisiones Obreras. De éstos empleos que se pierden, 1.100 corresponden al ERE fruto de la entrada del Popular en el Santander (otros 575 trabajadores se moverán a empresas participadas); 239 de las salidas previstas en Evo Banco; 525 en Liberbank; y 590 en Ibercaja.
Además, acaba de comenzar la negociación del ERE consecuencia de la fusión entre Bankia y Banco Mare Nostrum (BMN). Bankia ha planteado la salida de 2.510 personas, una cifra "absolutamente desorbitada y que no vamos a aceptar", asegura Sierra. Por esta fusión, ha anunciado un cierre de 145 oficinas.
Hay otras salidas del sector, que no son por la vía de ERE, y que entre 2017 y 2018 afectará a alrededor de 1.200 personas en Caixabank, añaden desde CCOO.
La reducción de plantilla en el sector bancario tiene varias consecuencias, entre ellas, la prolongación de jornada de los trabajadores que se quedan en la empresa y que no se compensa. "Un trabajador de la banca en nuestro país está atendiendo el doble de clientes que uno alemán, exactamente el doble", denuncia Sierra.
Además, la concentración de las entidades financieras que se está produciendo "nos está llevando a un oligopolio bancario, a una menor competencia y a una exclusión financiera de una parte de la población", valora.
También Tornamira advierte de la exclusión financiera de las personas mayores en las zonas rurales. "No se puede consentir lo que ocurre en las zonas rurales, donde gente muy mayor que no dispone de transporte tiene que esperar a que los hijos les acerquen a la capital para acceder a los servicios más básicos", lamenta.