«Aquí estamos en el hostal El Llano. El hostal que nos dio cobijo a unas 70 personas que nos habíamos quedado tiradas en la antigua Nacional 6, donde nos desvió la Guardia Civil de tráfico sobre las seis de la tarde de ayer al cortar la AP-6 a causa de la nieve», comenta Mariola Lourido, periodista de la Cadena SER que se quedó atrapada en la AP-6, y que ha descrito como se organizó este campamento improvisado en «El Llano». «Nos quedamos un montón de familias en esta carretera. Este hostal estaba cerrado y ante la llamada de familias desesperadas, algunas con niños, decidieron volver a abrilo para alojar y socorrer a estas 70 personas. Familias con niños que se alojaron en sus 15 habitaciones. Es encomiable la solidaridad de Labajos, este pueblo de apenas 100 habitantes de Segovia. A nosotros nos rescató un vecino, Cesar, que con su todo terreno y un cable nos remolcó hasta este hostal. Labajos apareció con medio metro de nieve. Ahora empiezan a circular varios coches porque han pasado dos quitanieves, pero esta mañana parecía el polo norte», cuenta. A eso de las 12.00 horas de la mañana, Joaquín ha llegado al hostal de «El Llano». Él no ha dormido allí, sino que ha pasado la noche en la autovía. Ha dormido en el coche con su mujer y sus dos niños pequeños. «Veníamos de Asturias y nos quedamos atrapados en la AP-6. No hemos dormido nada, hemos estado pendientes de que no hiciese mucho frío dentro del coche», comenta. «El atasco lo han afrontado la UME y la Guardia Civil por la parte de atrás y ver que vía se liberaba antes, si la nacional 6 o la AP-6». Joaquín dice no haber visto muchos avisos. «Mi hermana me avisó cuando estábamos en ruta y empecé a estar pendiente de las señales luminosas de tráfico. Cuando tomé la decisión de meterme ponía que había nieve del kilómetro 100 al 42 y que estaba cerrado el tráfico a camiones pero no a turismos. Llevaba cadenas», dice Joaquín, que cree que se han juntado muchos factores para que se produzca esta situación. «Los 300 coches o más que yo creo que había a mi alrededor hemos pasado ahí la noche (...) no hubo ningún tipo de contacto con nosotros hasta la llegada de la UME. Creo que confluyen muchos factores. Es una nevada muy intensa, hay mucha gente que no lleva cadenas y no sabe ponerlas y también supongo que se puede gestionar esto de manera más eficaz», sentencia.