El Barcelona rompe la maldición de Anoeta a lo grande

Muchas voces autorizadas coinciden en que una de las aptitudes del fútbol más cotizadas es saber reaccionar bien a un gol recibido y también a un gol a favor. Este domingo la Real Sociedad parecía licenciarse en esta suerte por su reacción al primer gol de Willian José.

Porque salió muy metido al campo el Barcelona, sin Iniesta y con André Gómes, pero con el claro objetivo de perpetuar su buena racha de fútbol y resultados, y solo le hicieron falta dos minutos para demostrarlo. Sin embargo, Rulli estaba muy atento para cortar la cabalgada de Suárez. Tan solo tres minutos más tarde tuvo que volver a intervenir para cortar, en este caso sobre Sergi Roberto, que se internaba peligrosamente en el área. Incluso Messi hizo una de sus típicas jugadas diagonales que, sumado a lo anterior, parecía augurar otra tarde de éxito blaugrana.

Pero en esto del fútbol no siempre marca el que más ocasiones tiene y en el minuto 11 se encargaba de recordárnoslo Willian José, que mandó al fondo de la red un cabezazo que respondía a un centro perfectamente medido de Xabi Prieto desde la derecha. Cabe mencionar la pasividad culé, que ni siquiera estorbó a Willian José en el remate.

El gol del brasileño cambió drásticamente el guión del partido y la Real Sociedad empezó a aumentar la cadencia de sus llegadas al área, a la par que el Barcelona perdía la posesión y con ello el dominio del partido. La tuvo Canales en dos ocasiones, pero, primero Vermaelen y después Ter Stegen con una fantástica mano impedirían que la sangre llegara al río.

También González González tendría, muy a su pesar, influencia en que la mínima ventaja se prolongara unos minutos más, ya que señaló falta en la presión de Willian José y Zurutuza sobre Rakitic que había acabado en recuperación y disparo del brasileño al fondo de la red. Para Iturralde González no había “nada, se tira”.

Aunque no valiera, había tenido cierta fortuna el delantero en ese disparo, ya que había rechazado en un defensa antes de entrar en la portería, augurio de lo que ocurriría en el 33’ cuando Canales, con un pase que recordaba a la mejor versión del talentosísimo centrocampista, dejaba solo a Juanmi para que hiciese el segundo con un fuerte disparo que desviaría Vermaelen, imposibilitando la parada de Ter Stegen.

Pero si la Real Sociedad había reaccionado de manera ejemplar, el Barcelona fue el mejor alumno. En el contexto de ir perdiendo 2-0, tras haber recibido el duro mazazo de dos goles en el territorio maldito de Anoeta, donde no ganaba desde el 2007, no tiró el partido y demostró que este Barcelona de Valverde está hecho de otra pasta. Cuando es mejor, gana y cuando no, también.

Todo comenzaría con el mejor llegador al segundo palo del Barcelona y de La Liga, Paulinho, que en su acción preferida, gracias a un buen pase de Suárez y un mal repliegue de la Real, recortaría distancias en el 38’ para cambiar el humor al partido.

A la segunda contienda saltó otro Barcelona, un Barcelona renovado, con la inyección de moral del gol muy patente. Solo tardó cuatro minutos en igualar el partido gracias a una obra de arte de Suárez. El uruguayo hizo uno de los mejores tantos de la temporada con un sutil disparo desde dentro del área lleno de calidad que pasó por encima a Rulli. El argentino solo pudo contemplar el maravilloso remate de Suárez y recoger el balón del fondo de la portería.

Eusebio intentó reconducir a su decaída Real con la inclusión de Oyarzabal por Juanmi, poniendo las piezas en el lugar en el que todos pensábamos que comenzarían el partido. Sin embargo, ni Oyarzabal, ni Zubeldia que entró por Zurutuza que se marchó lesionado, aquejado del aductor, consiguieron evitar lo inevitable.

En el minuto 70 cometería su primer error del partido Rulli al sacar demasiado llovido un balón que recuperaría el Barcelona y que acabaría con Suárez solo en uno contra uno, acción que no perdonaría, con un disparo al primer palo, gol que le permite sumar once goles en once partidos y demostrar un fin de semana más que ha vuelto el mejor Suárez.

La Real Sociedad supo reaccionar de manera impecable a su primer gol, pero no tuvo esa capacidad tras los goles del Barcelona, que aun tuvo tiempo de poner la guinda con un impecable lanzamiento de falta de Messi, desde muy lejos.