Ocio y cultura

El Cairo: la magia de “Aida” en la ciudad de las pirámides

La tradición operística de la capital egipcia va mucho más allá de la faraónica obra de Verdi

Getty

Madrid

El Cairo es una ciudad en la que casi todo es posible: con 16 millones de habitantes, es la urbe más poblada del mundo árabe y del continente africano, y un polo cultural de referencia para todo Oriente Próximo. Que sea la capital del país heredero de la civilización de las pirámides marca, sin duda, carácter. Por eso, la tradición lírica de la ciudad no se queda en su relación con Verdi y con la fascinante ópera Aida, que narra el desgraciado amor, en la época de los faraones, entre la esclava etíope del mismo nombre y el general egipcio Radamés.

Aunque los personajes sean de ficción, el romance entre Aida y Radamés es perfectamente plausible porque, como nos explica el egiptólogo del CSIC José Manuel Galán, “Egipto tenía una estrecha relación con lo que en la ópera se llama ‘Etiopía’, que en realidad es Nubia, el territorio al sur de Egipto y al norte de Sudán; una relación ambivalente, porque por un lado era estrecha y por otro Egipto se servía de Nubia como fuente de recursos, como oro y mercenarios. Lo que se ve en las fuentes egipcias es que los egipcios no discriminaban por el color de la piel: los nubios se incorporan a la sociedad egipcia con relativa normalidad. No existía el conflicto por el color de piel, como hasta hace poco existía en nuestra sociedad europea”.

En la música que Verdi compone para Aida, además de los protagonistas (Aida, Radamés, el faraón, su hija Amneris) se puede argumentar que hay un personaje adicional: el coro. “Aida es una de esas óperas llenas de coros espectaculares, y en ella Verdi trata a los coros como un personaje más, tanto en la técnica como en las emociones”, nos cuenta el director del Coro Nacional de España, Miguel Ángel García Cañamero. “El rol del coro en Aida es muy dispar: a veces es el pueblo, a veces los sacerdotes, a veces todos… lo que es siempre es espectacular: en Aida se buscó la espectacularidad en la puesta en escena, el lujo del vestuario… y también en la parte coral”.

Ruta cairota de Aida y Radamés

Meidán Al Opera (Plaza de la Ópera)

Imagen del cortometraje de David Krippendorff "Nothing escapes my eyes" con una foto de la Ópera del Jedive ante el lugar en el que se ubicaba

Un punto esencial en el mapa de El Cairo, aunque solo sea en lo nostálgico. En Meidán Al Opera se encontraba el Teatro de la Opera del Jedive, levantado en 1869 por Ismaíl Pasha con motivo la inauguración del Canal de Suez. El Jedive quiso que Verdi compusiese una ópera acorde con el acontecimiento, pero el compositor italiano no aceptó. Así, el teatro se inauguró finamente con una obra ya consagrada de Verdi: Rigoletto.

Ismaíl Pasha no cejó en su empeño de conseguir una gran ópera compuesta específicamente para su teatro y tanteó para ello a Gounod y al mismísimo Wagner. Puede que la competencia estimulase a Verdi, porque en 1870 aceptó finalmente el encargo: Aida sería estrenada el 24 de diciembre de 1871. La representación fue fastuosa: el vestuario, los decorados y el escenario eran de un lujo desconocido hasta entonces. La corona de Amneris, por ejemplo, era de oro y las armas de Radamés, de plata.

Varios de los muebles que el Jedive regaló al compositor pueden verse en la sala árabe de la casa de reposo de Verdi en Milán… aunque eso es otro viaje, y será contado en otra ocasión.

En Meidán Al Opera, al sur de la estación de metro Al Ataba, solo podremos imaginar cómo era aquel teatro, ya que el edificio original se quemó en 1971 y en su lugar se levantó un gran aparcamiento de hormigón. Con todo, la plaza conserva cierto encanto y resulta fácil imaginarse como era el entorno en el que se estrenó la ópera más ambiciosa de Verdi.

Ópera de El Cairo

La actual Ópera de El Cairo / Getty

El sustituto del teatro del Jedive, el edificio de la conocida también como Ópera de Egipto, fue levantado en 1988 y forma parte del Centro Nacional de Cultura de El Cairo, sede principal de las artes escénicas en la capital egipcia. Alberga la Orquesta Sinfónica del país y el Ballet Nacional. Está ubicado en la parte sur de la isla de Gezira del Nilo, en el barrio de Zamalek, cerca del centro de El Cairo. Los fondos para su construcción fueron donados por el emperador de Japón en 1983, tras una visita del entonces presidente Hosni Mubarak a Tokio.

Tiene capacidad para 1.300 espectadores y en su cartel suele ser habitual (como en el pasado) el repertorio italiano. De noche, su particular iluminación dota a la zona de una atmósfera muy especial.

Museo Nubio

Estatuas de arqueros nubios en el museo egipcio de El Cairo / Getty

Nubia, la región situada al sur de Egipto y al norte de Sudán, era conocida en la Antigüedad como Baja Etiopía, y de ahí que a Aida se la identifique como “etíope” en la ópera. El museo se encuentra en Abtal at-Tahir, en Asuán, y por tanto a casi 900 kilómetros de El Cairo, lo que nos da la excusa perfecta para un agradable crucero por el Nilo. Este museo expone los hitos más destacados de cultura de Nubia, y entre los objetos expuestos destacan los cuencos de cerámica pintada de 6.000 años de antigüedad.

 
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