Ocio y cultura
Forges

España explicada a través de "tontérrimos", "gurtélidos" y "cuñadings"

El humorista gráfico no solo será recordado por sus viñetas sino también por las peculiares palabras que utilizaba en ellas

Forges dibuja sobre la explotación laboral en el país. / Forges (El País)

Madrid

Antonio Fraguas, más conocido como Forges, fallecía este viernes en la clínica de la Fundación Jiménez Díaz a los 76 años a causa de un cáncer de páncreas, una enfermedad que le fue diagnosticada en febrero de 2017.

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A lo largo de toda su carrera profesional, Fraguas se dedicó a plasmar su realidad y la historia de nuestro país a través de viñetas sencillas con gran significado. Sus publicaciones se pudieron ver en diarios y revistas como Hermano Lobo, El Jueves, Pueblo, Informaciones, Diario 16, El Mundo o El País, periódico donde publicó sus viñetas durante los últimos 23 años.

Pero no solo destacó por su humor irónico, sino que también será recordado por las palabras que utilizaba en ellas. Inventaba palabras o daba forma a frases que luego incorporaba a sus viñetas para darle un carácter más personal y único.

El peculiar lenguaje que nos ha dejado 'Forges'

Para darle un estilo más personal a sus viñetas y enfatizar en su mensaje, Forges añadía sufijos a las palabras, juntaba una frase entera formando una sola palabra e incluso se las inventaba.

"Tontérrimo", "sociata" (refiriéndose a los socialistas), "celebérrimus", "tontérrimo", "pelamen" (en alusión a aquellas personas que tienen mucho pelo, utilizado tanto de forma peyorativa como un cumplido), "cuñading" (cuando una persona se cree que lo sabe todo), "formidéibol" (formidable) o "inaguantéibol" (inaguantable), eran algunas de las palabras utilizadas con sufijo al final para enfatizar lo que quería trasmitir.

Pero tampoco podemos olvidarnos de "gurtélidos" o "maderamen". La primera de ellas engloba al conjunto de personas implicadas en la trama Gürtel y, en general, a los corruptos y la segunda, viene de la palabra madero, en referencia a la policía.

Además, abreviaba frases o palabras como "nefecto" (en efecto), "sactamente" (exactamente), "sodicen" (eso dicen), "¡sórdenes!" (¡a sus órdenes!), "¡vadios!" (¡ay va Dios!), "jilipoyuá" (gilipollas) o "mosanda" (vamos anda), y las convertía en una sola palabra más callejera y coloquial.

 
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