El PSOE opta por el mínimo control al Gobierno sobre el artículo 155

Madrid

El Pleno del Senado aprobó el 27 de octubre pasado, con los votos de PP, PSOE y Ciudadanos un acuerdo para la aplicación del artículo 155 de la Constitución que concedía a la Administración central todas las competencias de la Generalitat de Cataluña, al tiempo que depositaba en la Cámara Alta la capacidad de hacer el seguimiento de los contenidos del acuerdo. De hecho, se creó una comisión específica que tenía que reunirse cada dos meses.

La primera y única reunión que se ha producido fue el 18 de diciembre pasado, antes de las elecciones catalanes, y, aunque ya han pasado más de dos meses, el PSOE está a la espera de los acontecimientos en Cataluña, si se avanza o no en la formación de gobierno, antes de decidir si solicita la convocatoria. Los socialistas han optado por el mínimo control de la gestión que hace el Gobierno de Mariano Rajoy sobre el conjunto de la administración catalana: no ha presentado ninguna iniciativa en ninguna de las dos cámaras para interrogar o impulsar la acción del Ejecutivo en esa comunidad.

"Apoyamos el 155 para que hubiera elecciones y gobierno cuanto antes así que vamos a dar prioridad a eso como parece que se está fraguando", aseguran a la Cadena SER fuentes de la dirección del grupo socialista en el Senado. A lo largo de esta semana, añaden, tomarán decisiones en función de cómo evolucionen los acontecimientos en Cataluña.

Lo cierto es que, después de meses en los que la amenaza independentista copaba toda la acción política en el Congreso y el Senado, el PSOE ha intentado priorizar otros asuntos en su agenda, fundamentalmente de carácter social, hasta tal punto que este asunto ha desparecido del orden del día de ambas cámaras en el cupo socialista. En la carrera de San Jerónimo han torpedeado al Gobierno con preguntas sobre la reforma laboral o la precariedad de la investigación científica, al tiempo que en el Senado han planteado iniciativas sobre pensiones, brecha salarial o financiación autonómica, pero nada relacionado con el control de la gestión del Gobierno en virtud de las competencias que le otorgar el acuerdo para aplicar el artículo 155.

Los socialistas sí que han expresado en este tiempo su rechazo a que el Ejecutivo utilice estas circunstancias para intervenir en la política lingüística en Cataluña, una opción que, en principio, el Gobierno dio a entender que consideraba prioritaria y que el ministro de Educación y portavoz, Íñigo Méndez de Vigo rebajó en la última reunión del Consejo de Ministros. Para el PSOE, su apoyo al 155 tenía como único objetivo que se garantizase la normalidad institucional y administrativa de Cataluña, evitando tomar decisiones de carácter político. En Ferraz fueron muy claros en este planteamiento, aunque no han dado recorrido en las Cortes a este asunto. Diputados y senadores no han preguntado ni registrado iniciativas para conocer los planes del Gobierno al respecto. En Ferraz entienden que el Gobierno está ya "reconduciendo" este "patinazo" que atribuyen a su competición con Ciudadanos.

En cualquier caso, la ausencia de control institucional es inversamente proporcional a los contactos del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, con Mariano Rajoy sobre la situación en Cataluña. Ambos líderes mantienen un canal de comunicación abierto desde que se recrudeció la crisis territorial, de hecho, el presidente del Gobierno siempre entendió que el PSOE era un socio prioritario en esta cuestión en la que los socialistas aseguran que siempre han actuado con "lealtad" y ejerciendo lo que denominan una "oposición del Estado".