Las empleadas de hogar demandan la prestación del paro y una inspección eficaz
El colectivo, de 600.000 mujeres, plantea exhibir delantales en las ventanas el 8M como apoyo a la huelga feminista
Madrid
Uno de los colectivos cuyas reivindicaciones sociolaborales ha asumido más fuerza en los últimos años es el de las empleadas de hogar: más de 600.000 trabajadoras (el 87% son mujeres), cada vez más articulado a través de organizaciones propias, que exigen ahora la plena homologación de sus condiciones de trabajo con las del resto de los asalariados, completando el proceso iniciado en 2011, cuando un pacto político-social las incorporó al Régimen General de la Seguridad Social.
Ese pacto supuso la obtención de nuevos derechos, especialmente el acceso al sistema de protección social (con las prestaciones con incapacidad temporal, maternidad…) aunque con una excepción muy importante: el paro. Por otro lado, la incorporación a la Seguridad Social sigue sin completarse: se estima que un tercio de las empleadas de hogar se encuentra todavía en la economía sumergida. Y precisamente por aquí pasan algunas de las reivindicaciones actuales del colectivo. Carolina Elías, presidenta de SEDOAC (Servicio Doméstico Activo) lo explicaba en Hoy por Hoy: “la precariedad en la que vivimos tiene que ver con que no tenemos derecho a la prestación por desempleo y con la falta de cotización a la Seguridad Social: incluso las que están cotizando, no cotizan por su salario real, y eso afecta por supuesto a las pensiones, a la cuantía de las bajas…”.
"Queremos que nos den de alta y tener salarios dignos"
14:07
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Magdalena Díaz Gorfinkiel, profesora de la Universidad Carlos III, aboga por avanzar en los sistemas de control para evitar abusos como estos, más invisibilizados que los que sufren el resto de asalariados porque se desarrollan en el interior de los hogares: “habría que construir un sistema de inspección innovador, pensar en sistemas que no sean los clásicos. Por ejemplo, funcionar con un sistema de citaciones, hacer inspecciones no por casas individuales, sino por barrios o manzanas, o articular sistemas de claros y fáciles de usar”, enumera.
La precariedad de las condiciones de trabajo de muchas empleadas de hogar, con jornadas parciales, empleos cortos y un despido con menos indemnización que el del resto de los asalariados (el conocido como despido por desistimiento) influirán en el seguimiento de la huelga convocada por el día internacional de la mujer, el 8 de marzo, entre este colectivo, pronostica Elías. Existe “miedo al despido, miedo a que la jefa te considere problemática”, explica. En todo caso, para aquellas que no puedan hacer los paros pero quieran participar en la protesta, las asociaciones animan a las empleadas de hogar a “colgar un mandil, un delantal por las ventanas y por las terrazas para visibilizar que ahí hay una mujer empleada de hogar que está apoyando la huelga”.