El activismo social tiene armas de mujer
Las mujeres abanderan las revueltas en las redes sociales. Han conseguido movilizar a políticos, empresas e instituciones. La última batalla global la ha dado el movimiento #MeToo, denunciando los casos de acoso sexual. En España el ciberactivismo también es femenino
Madrid
Dos son las mujeres que están detrás del movimiento global #MeToo, la campaña iniciada de forma viral como hashtag en las redes sociales en octubre de 2017, a raíz de las acusaciones de abuso sexual contra el productor de cine norteamericano Harvey Weinstein.
Fue la actriz Alyssa Milano, muy popular por la mítica serie 'Embrujadas', la que animó a las mujeres a romper su silencio a través de un tuit: "Si todas las mujeres que han sido acosadas o agredidas sexualmente hicieran un tuit con las palabras Me Too, podríamos mostrar a la gente la magnitud del problema".
De Tarana Burke a cientos de miles de mujeres
No hizo falta más para que cientos de miles de mujeres de todo el mundo denunciaran abuso sexual y acoso machista en sus trabajos y en todos los ámbitos de la vida cotidiana. Fue una cadena a través de Twitter que traspasó fronteras y a la que se sumaron 'celebrities' de Hollywood y gente anónima contando sus historias.
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Pero la actriz que ha hecho viral la campaña, recogió el testigo de una activista que inició un movimiento similar hace doce años. Tarana Burke trabajaba en un campamento de niñas cuando escuchó el testimonio de una chica de 13 años, que le contó la agresión sexual que había sufrido por parte de un familiar.
Fue tal su impotencia de no poder hacer nada que lo único que deseó decirle a la niña es "Yo también". Y esa fue la chispa que encendió el "#MeToo Movement" (Movimiento #YoTambién). Una acción, centrada en mujeres negras que habían experimentado abuso sexual (sobre todo en zonas desfavorecidas), que acabó abarcando a todas las mujeres. Para Burke, uno de los retos de este movimiento es que la violencia sexual o de género se aborde como un asunto de justicia social.
¿Por qué se movilizan las mujeres?
De las cien victorias más importantes de Change.org España durante el último año, 36 están iniciadas por mujeres, 33 por hombres y 31 por organizaciones. Su director, José Antonio Ritoré, explica a Cadena SER que las prioridades a la hora de iniciar o firmar una petición virtual son distintas.
Las mujeres se decantan por causas de igualdad, de discriminación, de salud y de protección de los derechos de los animales, mientras que los hombres se centran más en temas relacionados con los derechos humanos y la justicia económica, como desahucios, reclamaciones o seguros médicos.
En cuanto a cifras, a nivel internacional, pero extrapolables a España, Ritoré destaca que las mujeres son más activas que los hombres a la hora de firmar una petición. Según estos datos, las mujeres suponen el 62% de los usuarios de la mayor plataforma de activismo online en en el mundo, aunque son los hombres los que inician más peticiones.
Sin embargo, "es más probable que las mujeres las ganen. Hay más nivel de éxito en peticiones iniciadas por mujeres". El perfil de la mujer activista de Change.org está en torno a los 35-40 años y suele iniciar una petición a partir de una experiencia personal o por empatía con determinadas situaciones de injusticia y desigualdad.
Batallas ganadas por mujeres
María José Muñoz Garrigos es funcionaria de Instituciones Penitenciarias. Pidió una excedencia para cuidar de su hija y, cuando se incorporó, descubrió que la administración había decidido penalizar en el concurso de traslados a quienes se acogieron a este derecho laboral. En unos meses, a través de la plataforma Change.org, recopiló más de 65.000 firmas y consiguió que Instituciones Penitenciarias no penalizara a las personas que se cogían bajas para cuidar a los hijos y que normalmente son mujeres.
Otra de las batallas ganadas por mujeres, en esa ocasión en una campaña relacionada con el ámbito universitario, es la de Raquel, quien inició una petición a través de Changer.Org bajo el epígrafe "Que ser madre no sea un impedimento para terminar los estudios".
Raquel era alumna de Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Una alumna que solicitó a la universidad terminar las prácticas la modalidad virtual para hacerlas desde casa y no desde el centro, ya que acababa de tener un bebé. Una modalidad que contempla la universidad, pero no para ese supuesto. De hecho, la solicitud se le denegó argumentando que no era una razón válida. Por esta razón inició la recogida de firmas, para que la universidad cambiara esta política restrictiva. Y no sólo lo consiguió sino que además terminó sus estudios con nota. Sobresaliente.
Las mujeres lideran el activismo en las redes sociales
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