La gran esperanza para salvar al rinoceronte blanco del norte de la extinción
Este lunes fallecía 'Sudan', el último rinoceronte blanco. Sin embargo, hay una opción para salvar a su especie
Madrid
Este lunes, los responsables de la reserva natural keniana de Ol Pejeta sacrificaban a 'Sudán', el último rinoceronte blanco macho del norte del mundo. El mamífero no pudo superar la enfermedad que venía sufriendo desde hacía varias semanas, por lo que tuvieron que someterle a la eutanasia para poner fin así a su sufrimiento.
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Según ha informado Ol Pejeta a través de su cuenta de Twitter, 'Sudán' estaba siendo tratado por complicaciones relacionadas con la edad que le condujeron a "cambios degenerativos en los músculos y los huesos", así como por "heridas cutáneas". Una muerte que supone prácticamente la extinción de la especie, de la que apenas quedan dos hembras: Najin, la hija de 'Sudán' y Fatu, su nieta.
La gran esperanza para salvar al rinoceronte blanco
A pesar de los intentos por conservar la subespecie (llegando incluso a crear un perfil en Tinder para encontrarle pareja), 'Sudán' nunca encontró una pareja con la que continuar su legado. Por esa misma razón, los veterinarios optaron por recolectar y congelar muestras de su esperma junto con la de otros cuatro especímenes que murieron antes que él. Ahora, las esperanzas están puestas en estas muestras, que pueden ser las que salven a la subespecie.
Por lo tanto, los científicos inyectarán el semen recogido de los cinco especímenes en los óvulos de las dos hembras con el objetivo de mantener la subespecie. Es decir, las someterán a técnicas de reproducción asistida, una tecnología que nunca se ha probado en esta subespecie.
Edición genética como solución a la extinción
Sin embargo, ambas han heredado los problemas de salud de 'Sudán', y están demasiado relacionadas entre sí como para iniciar una población genéticamente viable. Es aquí donde los científicos recurrirán a la edición genética, mediante la que pretenden conservar la especie.
Según explica a The Guardian la escritora Helen Pilcher, los investigadores han estado tomando biopsias de células cutáneas de rinocerontes blancos en el pasado y les han agregado genes para convertirlas en células madre. El objetivo de los investigadores es persuadir a estas células para que se conviertan en óvulos y que los animales puedan transmitir sus genes pese a que ya hayan fallecido.
A continuación, los óvulos serán fertilizados con muestras de esperma congeladas e inyectados en rinocerontes blancos meridionales para crear nuevos especímenes que mantengan viva esta subespecie, al borde la extinción tras la muerte de 'Sudán'.
David Justo
(Astrabudua, 1991) Periodista especializado en tecnología y buscador de historias virales e inverosímiles...