A la búsqueda de 175 votos para tramitar los presupuestos
La incertidumbre en Cataluña marca el futuro de las cuentas que el Gobierno presentará este martes sin los apoyos parlamentarios cerrados para sacarlas adelante
El Ejecutivo dispondrá de casi un mes para cosechar el respaldo necesario antes de la primera votación decisiva en el Congreso pero precisa los votos del PNV que mantiene su negativa a negociar mientras siga vigente el artículo 155
El apoyo de Ciudadanos está encarrilado tras la salida de la senadora popular Pilar Barreiro, imputada en la trama Púnica y una de las condiciones de Rivera para respaldar las cuentas
Madrid
Cataluña entra de lleno en la ecuación presupuestaria, complicando aún más el puzzle de las cuentas, y enfrentando al Gobierno a una ardua tarea que podría poner a prueba la estabilidad y duración de la legislatura. El Consejo de Ministros tiene previsto aprobar este martes el proyecto de Presupuestos sin poder exhibir en público un acuerdo político suficiente que garantice su luz verde en el Congreso de los Diputados. Con todo, tras la presentación de las cuentas el Ejecutivo dispondrá aún de un mínimo de un mes antes de que se produzca la primera votación decisiva en el Congreso, la del debate de totalidad que, según fuentes parlamentarias podría celebrarse en la última semana de abril o incluso la primera de mayo para que, en caso de seguir adelante, la aprobación definitiva pudiera producirse a finales de junio, antes de que acabe el periodo ordinario de sesiones.
Ese es el margen que tiene el Gobierno para negociar y lograr los acuerdos necesarios con los que superar esa primera prueba de fuego con otra votación ajustadísima para la que necesita sumar como mínimo 175 votos para hacer frente a las enmiendas a la totalidad que, con toda seguridad, presentarán los grupos de izquierdas y los independentistas catalanes. Así las cosas, el objetivo del Ejecutivo pasa por sumar los 32 votos de Ciudadanos, los 5 del PNV, los 2 de UPN, Foro Asturias (1) y Coalición Canaria (1) para salvar esa primera votación y encarar la aprobación definitiva en el mes de junio, aunque esa estrategia se entrecruza con una variable impredecible, la situación en Cataluña, de la que depende a su vez la posición de los nacionalistas vascos.
El Gobierno confía en convencer finalmente al PNV con el argumento de que el bloqueo en Cataluña es fruto de la incapacidad y la falta de acuerdo de las fuerzas independentistas para designar un presidente viable pero lo cierto es que los nacionalistas vascos se mantienen firmes en lo que llevan meses diciendo: ni hablarán ni negociarán nada con el Gobierno mientras no se normalice la situación en Cataluña y deje de estar vigente el artículo 155. Sólo si eso ocurriera se abrirían a explorar la vía presupuestaria y en todo caso apurarían los tiempos para decidir su posicionamiento final en el debate de totalidad del Congreso. Fuentes de la ejecutiva del partido remarcan a la SER que mantendrán la coherencia con lo dicho y que la mejor manera de defender ahora los intereses de Euskadi pasa por no legitimar la intervención del Estado en Cataluña dando estabilidad al Gobierno de Rajoy al que emplazan a buscar apoyos entre quienes respaldaron el 155 para sacar adelante las cuentas.
Más despejado está el camino con Ciudadanos, tras la salida in extremis de la senadora Pilar Barreiro, imputada en la trama Púnica, y que el viernes pasado dejó el PP en la Cámara Alta y pasó al Grupo Mixto aunque no renunció al escaño. Su salida, en aplicación de las medidas de regeneración del pacto de investidura, era una de las condiciones de la formación naranja que negocia ya con el Gobierno un posible acuerdo presupuestario, supeditado a la inclusión de sus medidas, entre ellas la bajada del IRPF a las rentas medias, el incremento de una semana más en los permisos de paternidad, o la equiparación salarial entre los cuerpos de policías nacionales y autonómicas.
El Gobierno confía en reeditar sin grandes problemas el respaldo de sus socios tradicionales, UPN y Foro Asturias, así como el Coalición Canaria, partido que señala que las negociaciones van bien, con intercambio de documentos y cerrando flecos. El diputado de Nueva Canarias, Pedro Quevedo, confirma a la SER que no apoyará el presupuesto en esa primera votación -en la que su voto no es decisivo si el PP logra sumar al resto- y o bien presentará una enmienda a la totalidad o se adherirá a la de algún otro grupo. Eso sí, si las las cuentas siguen adelante, tiene previsto negociar posteriormente en el trámite parlamentario siempre con la agenda canaria encima de la mesa, abriendo así la puerta a un posible apoyo final y determinante al presupuesto si sus demandas son atendidas.
Si el PNV mantiene su rechazo a negociar, el problema del Gobierno es que el más que probable apoyo de Ciudadanos y los partidos minoritarios (170 escaños) siendo imprescindible no resulta suficiente para superar el debate de totalidad al que Rajoy necesita llegar con 175 votos (la mitad del hemiciclo) para superar las previsibles enmiendas del resto de la oposición (en caso de empate el proyecto del Gobierno seguiría adelante), crítica con las políticas económicas y sociales del Gobierno al que acusan de seguir profundizando en la desigualdad, cargando sobre los más vulnerables el peso de la crisis. Tanto socialistas como Unidos Podemos, que con toda seguridad presentarán sendas enmiendas a la totalidad para pedir la devolución de las cuentas, sostienen que si Rajoy no lograra aprobar los presupuestos, antes de prorrogarlos debería convocar elecciones o en el caso del PSOE, someterse a una cuestión de confianza. La formación morada, que lleva meses insistiendo en esa idea, añade que ese escenario sería un argumento más para sacar al PP del Gobierno mediante una moción de censura.