“Bienvenidos a la revolución”: los estudiantes se movilizan por un mayor control de armas
Cientos de miles de personas salen a las calles en decenas de ciudades en Estados Unidos para pedirle al Congreso una mayor regulación que evite masacres en las escuelas
Washington
Los estudiantes de Parkland, en Florida, han movilizado a cientos de miles de personas en todo el país para exigir a sus representantes políticos que modifiquen las leyes para restringir la tenencia de armas. Hartos de la inacción política ante las masacres en los centros escolares, los alumnos se han organizado para decir "basta ya" y para advertir a los congresistas que si no están con ellos, votarán en las próximas elecciones para echarles.
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Han pasado 38 días de la masacre en el instituto Marjory Stoneman Douglas, en Parkland, Florida, en la que fallecieron 14 alumnos y tres profesores. Desde entonces, sus estudiantes han formado el movimiento "Never Again" que ha llegado hasta el Capitolio. Frente a él, uno de sus líderes, Cameron Kasky, empezaba los discursos de la "Marcha por nuestras vidas" mandando un mensaje a "los líderes, escépticos y cínicos" que les dijeron que no era el momento de alzar la voz: "Bienvenidos a la revolución. Es una revolución poderosa y pacífica porque está hecha de, por y para los jóvenes de este país. Desde que empezamos el movimiento la gente me pregunta, ¿crees que esto va a cambiar algo? Mirad alrededor, nosotros somos el cambio".
Los estudiantes aseguran que no pararán hasta que ningún alumno deje de tener miedo en las escuelas. Desde la masacre de Columbine, en 1999, más de 150,000 niños y adolescentes han experimentado un tiroteo en sus colegios o institutos. El 40% de ellos tienen estrés postraumático. En este país, muere una media de 96 personas al día por armas de fuego, de ellos 7 son niños.
En Estados Unidos todos los alumnos de la generación de los de Parkland han vivido en sus institutos simulacros, similares a los de incendios, pero por tiroteos. Aun sabiendo que son pruebas, no se resignan a tener que pasar por eso. Están convencidos que hay alternativa a este sistema que han calificado de "corrupto y roto", y esa alternativa pasa por un mayor control en la venta de armas.
Ellos quieren ser el cambio y tienen una agenda para llevarlo a cabo. Al Congreso les piden tres medidas a corto plazo: que prohíban la venta de rifles de asalto; los estudiantes consideran que ningún civil tiene que tener armas militares como la AR15, la más utilizada en las masacres en este país. Que refuercen y unifiquen los controles de antecedentes penales, para asegurar que la persona que compra un arma es apta para llevarla. Y que prohíban los cargadores de alta capacidad, que tienen más balas que los convencionales, para que nadie pueda matar a 17 personas en 6 minutos y 20 segundos, lo que tardó el agresor de su instituto en cometer la masacre. "Ya es hora de que nos dejen de ignorar", decía otra de las estudiantes, Delaney Tarr, "porque vamos a actuar donde les duele, sabemos lo que queremos y no vamos a esperar más para conseguirlo", si no endurecen las leyes "vamos a votar y les vamos a echar".
Muchos de estos estudiantes cumplen la mayoría de edad este año, podrán votar por primera vez el próximo noviembre, en las elecciones legislativas, y se lo están tomando muy en serio. Están haciendo un recuento, senador por senador, congresista por congresista, para saber de dónde sacan los fondos para sus campañas.
Los estudiantes exigen a sus representantes políticos que no reciban dinero de ningún lobby armamentístico como la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), porque aseguran que pierden su independencia a la hora de legislar. "Aún hay más de 200 representantes que no se han pronunciado al respecto", decía Alex Wind. "Esto no es una cuestión de razas, ni de orientación sexual, ni de género, ni de dónde vives ni cuánto ganas. Tampoco es una cuestión de ideología política. Es una cuestión de vida o muerte. Los políticos que reciben dinero de la NRA eligen muerte, así que están contra nosotros porque nosotros elegimos vida. Y los vamos a echar".
Los jóvenes que han inundado hoy las calles de Washington DC haciendo llamamientos a que la gente se inscriba para poder votar. "El cambio empieza hoy", aseguraba Kasky, "si no cambian las leyes en noviembre cambiaremos el Congreso".