Sociedad

La realidad de las familias de acogida

Poco conocido, el acogimiento abre la posibilidad de tener una familia, de forma permanente o temporal, a los niños que viven en instituciones. En España unos 13.000 menores que, por distinttas circunstancias, no pueden vivir con su familia biológica, están internados en distintos centros.

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Madrid

Rocío y Jesús han formado una familia numerosa y atípica. Su hija mayor, Verónica, llegó a sus vidas cuando tenía poco más de un año a través de la acogida permanente. Luego nació Marcos, su hijo biológico, y hace unos meses se incorporó a la familia Pedro, que tiene dos años y lleva varios meses con ellos en acogida temporal. Rocío Tovar, que es asistenta social, está convencida de que “para un niño crecer en un centro, en una institución, es lo peor” y por eso se embarcó en esta historia. Hay que recordar, nos dice, que en España, en estos momentos, hay más de 13.000 niños viviendo en distintas instituciones. El desconocimiento, lo poco que se sabe de este proceso, es, en muchas ocasiones, la razón de que esos pequeños no encuentren la familia que necesitan.

Lo primero que hay que saber es la diferencia entre el acogimiento permanente y el temporal. Rocío, que vive las dos situaciones en primera persona, nos cuenta que en el caso de Verónica, el acogimiento permanente es como una adopción con la única diferencia de que ella mantiene relación con su familia biológica. A todos los efectos nosotros somos sus padres y esta situación se mantendrá así para siempre. En este caso fue la Comunidad de Madrid quien decidió que la niña no podía vivir con sus padres biológicos ni con otros familiares cercanos y decretó para ella un acogimiento permanente. En el caso de Pedro, que es su hijo pequeño, se trata de una acogida temporal porque su madre no puede hacerse cargo de él puntualmente. La situación, nos cuenta Rocío, es la de una mujer, que no tiene quien la ayude, con dos hijos, uno de ellos muy enfermo ingresado en un hospital durante un tiempo indefinido. Esa es la razón de que Pedro haya llegado a su casa aunque tenga una madre que le quiere y que no ha renunciado a él. Cuando esa situación cambie el niño volverá con su familia, lo sabemos desde el primer día, y es más, cuando eso suceda nos alegraremos de que Pedro pueda recuperar su vida. Y es que el objetivo final del acogimiento es facilitar el retorno del menor a su familia biológica.

La acogida de urgencia

Paula y Martín empezaron hace seis años como familia de acogida. Él sufrió un infarto y tras su recuperación decidieron que era el momento de hacer algo especial, de dar un cambio, de añadir algo a su vida. Y se convirtieron en acogedores “de urgencia”. Es decir, les pueden llamar en cualquier momento para recoger a un bebé que está en una situación de riesgo. Ya son siete los pequeños que han pasado por su casa. Hoy Paula me abre la puerta con una niña en los brazos y me cuenta que “es una beba, de madre nigeriana, que llegó con tres días, tiene alguna dificultad motora y pasamos muchos tiempo en El Niño Jesús”. Y es que este tipo de acogida requiere de total disponibilidad porque los pequeños necesitan mucha atención. A veces, explica paula, “llegan con el síndrome de abstinencia, es como abrazar al dolor, pero consigues devolverlos a la vida. Todos salen adelante. Se trata, nos sigue contando, de una experiencia de mucha intensidad que te deja conmovido y agotado.

El agotamiento familiar

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El equilibrio emocional es otro de los factores necesarios para poder acoger a uno de estos niños que necesita una familia durante un tiempo hasta que pueda volver con la suya biológica o con los padres de adopción que la administración considere más apropiados. “Hay que creer mucho en la labor que haces. Además es complejo porque empleas tus emociones, con cada uno de los pequeños te das al cien por cien sabiendo que un día saldrá de tu vida. Con cada partida se te rompe el corazón pero te queda la sensación de haber formado parte de su vida y eso es lo importante”. Son las reflexiones de Paula antes de enseñarnos el mural donde tiene las fotos de todos sus niños. Mira, me dice, la primera fue Lucía que está aquí con su familia definitiva luego llego Rafita y después Jessica que también esta con sus padres definitivos, luego Dani, Nízar…

Cómo ser familia de acogida

¿Qué requisitos ha de superar una familia para llevar a cabo el acogimiento? "Sencillas entrevistas con psicólogos y superar el periodo de prueba con el niño asignado. El tiempo de espera depende de las necesidades que se presenten. Los niños con discapacidades son los menos solicitados y en estos casos la lista de familias dispuesta a acoger se reduce considerablemente. Pueden acceder a la acogida todo tipo de familias: heterosexuales, homosexuales, monoparentales

El proceso: El primer paso es solicitar asistencia a una reunión informativa en el departamento de atención a los menores de su Comunidad Autónoma. A partir de ahí si la familia quiere seguir adelante se realiza un estudio psicosocial, después sesiones de formación sobre problemas generales del acogimiento y los niños acogidos. Si la familia pasa este proceso se les llama cuando los profesionales consideran que esa familia es apropiada para algún niño concreto. Una vez aprobado el acogimiento el equipo del centro donde está el menor trabaja con el niño la que será su nueva situación.

 
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