La resistencia de Cristina Cifuentes sitúa al Partido Popular al borde del precipicio

Madrid

El caso Cifuentes está llevando a la Moncloa y al PP al borde del precipicio. Los populares son conscientes de que se juegan el Gobierno de la Comunidad de Madrid, uno de sus feudos más importantes. Por eso, ante esa amenaza cierta, algunos cargos prefieren sacrificar a la presidenta madrileña. Todo con tal de evitar que Ángel Gabilondo llegue al poder. Temen que si eso ocurre, el socialista se consolide lo suficiente como para ganar las próximas elecciones autonómicas en 2019.

Un dilema que encima ha disparado las apuestas. Así dentro de las filas conservadoras hay quien habla de Cifuentes resistiendo hasta al final. "Como los galos", comenta con sorna un dirigente del PP.

Otros quieren ver si aguanta hasta el 2 de mayo, día de la Comunidad. "Tendría que hacer su discurso en una situación muy difícil", señala uno de sus compañeros de partido. Eso sí, sin Rajoy porque no está previsto que, por el momento, el jefe del Ejecutivo acuda a esta cita.

Y, por último, varios dirigentes aventuran que se mantendrá "hasta el último minuto". "Esa es la vía Murcia", explican. Con ello se refieren a lo que ocurrió con Pedro Antonio Sánchez quien se marchó solo cuando la moción de censura se convirtió en una amenaza real.

Esta última opción es la que más se contempla. Sobre todo tras su comparecencia, en la que se ha mostrado "a disposición" de lo que diga su partido. Un matiz importante que ha hecho que se extienda una reflexión: no ven a Rajoy mostrándole necesariamente la puerta de salida pero sí confían en que los acontecimientos la conduzcan hacia una dimisión voluntaria con tal de no perjudicar a los suyos.

En cualquier caso son todo cábalas y mientras Rajoy guarda silencio, en su formación conviven dos sectores cada vez más enfrentados por este asunto. Por un lado, están los que defienden a Cifuentes como María Dolores de Cospedal. La secretaria general del PP ha salido a dar la cara de nuevo por ella. Hay quien piensa que no se puede dejar que Ciudadanos se imponga y gane todos los pulsos. Les parece que se deben denunciar también sus escándalos, pidiendo que rueden cabezas.

Por otro, están los que critican abiertamente a la presidenta de la Comunidad de Madrid. Estos están convencidos de que Rivera llegará hasta el final porque para él es fundamental cobrarse "este trofeo". Lo hizo con Murcia y ahora dan por hecho que no cejará en su empeño.

Además, los que dentro del PP censuran a Cifuentes la ven enrocada en el cargo, "liándola" aún más cada vez que sale a dar explicaciones ante los medios de comunicación. Y no les ha gustado nada la carta que ha escrito renunciando al máster. Sostienen que ha llegado "tarde", que lo debería haber hecho en cuanto salieron a la luz las primeras irregularidades en la universidad. Ahora, opinan, "el daño ya está hecho". "Tanto que aunque siguiera al frente ya no podría ser candidata. Está quemada", sostienen algunos diputados.

Otros son incluso más duros en su veredicto, al tener muy claro que debería dimitir "porque ha mentido". "Da igual que vaya ahora pidiendo perdón. Reconociendo que hubo trato de favor... Con esa misiva estás admitiendo, de alguna manera, una equivocación", resaltan en Génova.

De todos modos nadie tiene claro el desenlace. Hay quien recuerda que Rajoy no tolera las presiones y, en este caso, las está recibiendo por partida doble: tanto de ella como de Rivera. De modo, que, como avisan los suyos, lo que puede terminar ocurriendo, es que, al final, salga peor parado aquel que le haya irritado más.