Gastro

Cuándo conviene lavar toda la fruta (incluidos los aguacates)

Consejos de higiene y manipulación que quizá no estás siguiendo

Y tú, ¿cómo pelas los aguacates? / GETTY

Madrid

Nadie duda de que antes de comerse una pera, una manzana o un racimo de uva con su piel, conviene colocar la fruta debajo del grifo para retirar cualquier tipo de suciedad o de pesticida perjudicial para la salud. Y la ciencia lo avala, claro.

"Las frutas y hortalizas que se consuman crudas y cuya piel sea comestible deben lavarse y desinfectarse adecuadamente para reducir la carga microbiana y los parásitos que pudieran contener, además de asegurar la higiene de las manos y las superficies donde se vayan a manipular o consumir", explica el dietista-nutricionista Manuel Moñino Gómez, presidente del comité científico de la Asociación 5 al día.

Pero, ¿es necesario lavar también aquellas frutas u hortalizas que pensamos comernos peladas? El Instituto de agricultura y Recursos Naturales de la Universidad de Nebraska-Lincoln (EE UU) ha publicado una pequeña guía en la que recomienda lavar los aguacates antes de pelarlos. Un consejo que, ante determinadas frutas de piel no comestible —melón, naranja o aguacate— también suscribe Moñino.

"Se recomienda hacerlo si hay restos de tierra o polvo, para evitar contaminar la pulpa o el interior de la fruta u hortalizas durante su manipulado, no obstante, a no ser que sean adquiridas directamente del productor o en mercado locales de pequeños productores, las frutas y hortalizas que se adquieren en las tiendas y en los supermercados ya se han limpiado y acondicionado en las plantas de distribución en las zonas de producción".

Y es que, si la piel de una fruta contiene restos de suciedad o alguna sustancia perjudicial, lo lógico es que buena parte de ella acabe en la basura, pero siempre puede dejar restos en los utensilios o las propias manos de quien la manipule.

Para desinfectar frutas u hortalizas de piel comestible y que se vayan a comer crudas, el experto recomienda poner los alimentos "en remojo durante al menos 3-5 minutos en agua con desinfectante (1 cucharadita de lejía apta para desinfección de agua de bebida en 5 litros de agua del grifo) y aclarar después en abundante agua corriente". Moñino aclara que, en el caso de que se consuman peladas o se vayan a consumir cocinadas, basta con lavarlas en agua corriente.

Carlos G. Cano

Carlos G. Cano

Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...

 
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