Las piruetas políticas y legales casi imposibles que propone Ciudadanos ante la moción a Rajoy

Madrid

El tablero político está más abierto que nunca. Pero más aún para Ciudadanos y su líder, Albert Rivera. Y es que pocas son, por no decir ninguna, las posibilidades que tiene la cuarta fuerza política del Congreso de los Diputados para actuar en solitario con el objetivo de forzar a Mariano Rajoy o a Pedro Sánchez a algún tipo de movimiento que satisfaga sus peticiones tras la presentación por éste último de una moción de censura al primero.

Para empezar, Ciudadanos no puede presentar en solitario una moción de censura. El reglamento de la Cámara Baja señala que para presentar y registrar este tipo de iniciativas parlamentarias es necesario que sea firmada por una décima parte de los diputados. Como en el Congreso hay 350 escaños, para registrar una moción de censura es preciso que la suscriban 35 diputados. Pero Ciudadanos tiene 32.

De esta forma, para que el partido de Rivera pueda presentar esa moción de censura, que han denominado como “instrumental” (porque sólo serviría para convocar elecciones), será obligatorio negociar con otras fuerzas políticas hasta completar, al menos, esos 3 diputados que le hacen falta a Ciudadanos para llegar al mínimo.

Sin embargo, no podrá ser con el PSOE si la moción de Sánchez a Rajoy sale rechazada. Y es que, según recoge el reglamento del Congreso de los Diputados en su artículo 179, “ninguno de los signatarios de una moción de censura rechazada podrá firmar otra durante el mismo período de sesiones”. Como la moción del PSOE fue firmada por todos los diputados del grupo parlamentario, todos ellos quedan “inhabilitados” para poder suscribir otra moción en este período de sesiones.

Así que, aquí está la primera pirueta política que Rivera quiere hacer para sortear ese pequeño obstáculo legal. Quiere que el PSOE retire la moción presentada para que no cuente como registrada y, de esta forma, poder negociar con ellos la firma de, al menos, los tres diputados que le faltan a su partido. Es decir, primero quiere que Pedro Sánchez renuncie a su moción. Luego Rivera quiere que Pedro Sánchez apoye la suya. Y para terminar este triple salto mortal le exige que lo haga con condiciones: que ninguno de los dos sea candidato y que sirva sólo para convocar elecciones.

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Pero, en caso de que la moción de Pedro Sánchez sea rechazada y éste no quiera apoyar la de Rivera a los naranjas les quedan otras piruetas posibles. Una sería la más descabellada, negociar con Podemos o con Esquerra Republicana de Cataluña, justo las dos fuerzas política que más se le atragantan a Albert Rivera por considerarlas “populista” la primera y “nacionalista” la segunda.

El siguiente ejercicio de malabares es para algunos la opción menos descabellad. Negociar con diputados del Grupo Mixto. ¿Quienes? Pues los nacionalistas catalanes del PDeCat o vascos de EH Bildu quedarían descartados dada la animadversión política de Rivera hacia ellos. La portavoz de Coalición Canaria, Ana Oramas, ha dicho este lunes que el presidente de Ciudadanos se ha puesto contacto con ella para recabar su apoyo. Rivera ha dicho que no era cierto. Por otro lado, sería poco probable que Foro Asturias y Unión del Pueblo Navarro apoyaran la moción del Ciudadanos ya que se presentaron en coalición con el PP en ambos territorios. Quedarían los diputados de Compromis, que son 4, y el de Nueva Canaria, Pedro Quevedo, que apoyó a Rajoy en los Presupuestos Generales del Estado.

De esta forma, Rivera tendrá que sopesar si le salen o no las cuentas antes de protagonizar alguna de las piruetas antes mencionadas. Aunque, como dicen los que saben, en política las piezas del tablero se mueven constantemente.