Así llega cada partido a la moción de censura
Todos los escenarios son posibles. Pedro Sánchez tiene asegurados 156 apoyos a su moción (los del PSOE, Podemos, Nueva Canaria y Compromís) y 22 apoyos posibles, con los que superaría la mayoría absoluta de 176 diputados
Son los votos de Esquerra y del PdeCAT, que se inclinan por el sí, y los cinco del PNV, que se presume clave en la votación del viernes
En Moncloa y en el PP hay nervios. Crece el pesimismo ante la posibilidad real de que la moción prospere. Una moción que Rajoy definía esta mañana en el Congreso como puro chantaje socialista
El PSOE, a la espera
Madrid
Pedro Sánchez vuelve a la tribuna del Congreso por primera vez desde su intervención en la investidura fallida de Rajoy, cuando defendió su ‘no es no’ con el argumento principal de la corrupción, que es con el que justifica ahora Pedro Sánchez, tras la sentencia de la Gürtel, la moción de censura. Para conseguir que prospere, todas las expectativas del PSOE están en el PNV, al que, según fuentes socialistas, le habría dado garantías de que sus compromisos presupuestarios no se tocan.
Hay dirigentes socialistas y diputados que están convencidos de que la moción de censura prospera, dicen que lo ven claro, aunque el hermetismo de la cúpula socialista es absoluto. De hecho, hay quien admite que la foto completa del tablero político solo la tienen Pedro Sánchez y José Luis Ábalos, secretario de organización, encargado de los contactos con el resto de los grupos políticos y que será quien defienda en la tribuna la iniciativa. No lo hará la portavoz Margarita Robles ni tampoco la vicesecretaria Adriana Lastra.
Los detalles del discurso los está perfilando el secretario general con su equipo que, teniendo en cuanta los plazos, ha trabajado estos días a marchas forzadas. Sí adelantan fuentes de Ferraz que, con Ciudadanos fuera de la ecuación del sí, Pedro Sánchez no tiene necesidad de concretar la fecha de las elecciones y puede guardarse ese as en la manga.
Pesimismo en el PP
A Rajoy solo le puede salvar el PNV y por eso los suyos cuentan que el presidente se ha implicado en los contactos con los nacionalistas vascos para evitar la moción de censura de Sánchez.
Pero todo está en el aire y por eso en el Congreso se ha visto a algunos populares intentando amarrar al PNV un poco a la desesperada, utilizando las cuentas públicas como medida de presión al recordar que están en juego las inversiones para Euskadi o la subida de las pensiones. "El partido nacionalista vasco es un partido maduro que tendrá que decidir qué quiere hacer: si quiere sacar adelante los presupuestos que acaba de aprobar o si lo que quiere es sencillamente generar inestabilidad en el país", decía Rafael Hernando este miércoles.
Los colaboradores de Rajoy aseguran que no va a dimitir. Explican que sería dar la razón a la oposición. Reconocer que el caso Gürtel se lo ha llevado por delante. Desde la Moncloa han llegado a mandar incluso un mensaje para comunicar que Rajoy no tiene prevista ninguna comparecencia extraordinaria, que como ven que sigue la "ceremonia de la confusión", el presidente acudirá el jueves al Congreso con total normalidad. Calma frente a los nervios de sus filas, donde son cada vez más pesimistas y donde ven la situación fatal.
Los nacionalistas catalanes se inclinan por el ‘sí’
Ni Esquerra ni la antigua Convergència quieren dar por amarrados sus votos, pero lo cierto es que analizando cómo han evolucionado los discursos de los independentistas en las últimas horas, todo parece encaminado hacia un sí a Pedro Sánchez.
Si dejamos a un lado la CUP, sin duda los más beligerantes contra la propuesta socialista han sido los dirigentes de ‘Junts per Catalunya’, es decir, los afines a Puigdemont, que no tienen grupo en el Congreso, pero sí influencia sobre el PDeCAT. Este mismo lunes seguían diciendo que no tenía ningún sentido echar del Gobierno al presidente que impulsó el 155 para apoyar a un candidato que hizo lo mismo. Este miércoles ya admitían que sí, que les hacía ilusión ver a Rajoy fuera de la Moncloa.
Pero más significativo aún ha sido el giro de Quim Torra. Tras haber conversado con Marta Pascal y con Artur Mas, el nuevo president ha matizado su discurso respecto a la moción. A diferencia del fin de semana, ha evitado pedir la liberación de los presos como condición para apoyar a Sánchez. De hecho, fuentes del PDECAT explican que la voluntad es apoyar a Sánchez, pero piden esperar a su discurso porque, según admiten, ha habido (por decirlo suave) bastante debate interno.
Algo parecido pasa en Esquerra. Hace unos días Gabriel Rufián instaba a Pedro Sánchez a plantarse en Estremera para pedir a Junqueras los votos de su partido pero este miércoles, en el Congreso, su discurso sonaba más al de Joan Tardá y parecía dar por hecho que los republicanos votarían que sí, aunque sea con una pinza en la nariz. Esta moción ha puesto a los dos principales partidos independentistas ante sus propias contradicciones, teniendo que elegir entre mantener en el poder a su archienemigo, a Mariano Rajoy, o darle las llaves de la Moncloa a quien apoyó el 155 y ha llamado “racista”, “xenófobo” y “supremacista” al president Torra.
El voto decisivo del PNV
El PNV ha querido zanjar las especulaciones a medias. A media tarde de este miércoles ha comunicado a través de su cuenta de Twitter que este jueves reunirá la ejecutiva de forma extraordinaria para decidir si apoya o no la moción de censura. Lo hará tras escuchar las motivaciones del PSOE y los compromisos que tiene previsto adoptar su secretario general, Pedro Sánchez, especialmente, en relación a los presupuestos y las inversiones vascas que, lógicamente, el PNV no quiere perder. Y también estará atento al anuncio de una posible convocatoria electoral, que quiere evitar a corto plazo.
El PNV insiste en que no descarta ningún escenario. En las últimas horas, Andoni Ortuzar, el presidente del PNV, ha manteniendo contactos al más alto nivel con todos o casi todos los partidos, salvo con Ciudadanos. Así se subraya en una muestra más las pésimas relaciones que Ortuzar mantiene con Rivera. Además, Urkullu gobierna con el PSE en minoría y que, desde que comenzó la legislatura, se ha apoyado precisamente en el PP para salvar los presupuestos y garantizarse la estabilidad. Alfonso Alonso, el presidente del PP vasco, ya ha advertido al PNV sobre el riesgo de apoyar la moción de Sánchez. “Ellos eligen y sería muy negativo el horizonte de estabilidad”, ha dicho.
La presión en Sabin Etxea es mayúscula. Ya lo fue hace una semana con los presupuestos, pero entonces el PNV tuvo relativamente fácil vender el apoyo a Rajoy por las bondades del acuerdo para Euskadi, pero, ahora, las circunstancias son distintas. La salvación del presidente con la Gürtel detrás tendría una venta difícil. Y si finalmente el soberanismo catalán apoya a Sánchez, el PNV va a tener muy complicado mantenerse al margen, pero, hasta dentro de unas horas, no deshojará el destino de sus cinco votos.
Ciudadanos, fuera de juego
Ciudadanos está apurando hasta el último minuto las negociaciones tanto con PSOE como con PP para tratar de encajar de algún modo su tan repetida propuesta de “moción instrumental”, es decir, que sirva para convocar elecciones ¿Cuál sería la situación ideal para Albert Rivera? El primer escenario es que Rajoy dimita e ir a elecciones. El segundo es tratar de convencer al PSOE para que rectifique y, en vez de Sánchez, presenten un candidato alternativo, independiente.
Este miércoles Albert Rivera ha desvelado que los candidatos que propuso Cs al PSOE son históricos socialistas, tales como Javier Solana, Nicolás Redondo o Ramón Jáuregui. Éste último ha mostrado en Twitter su malestar por usar su nombre en un momento como éste. Mientras tanto, las negociaciones entre Cs y el PP también están siendo más que intensas. José Manuel Villegas se ha visto varias veces con el coordinador general del PP, Fernando Martínez Maíllo, para proponerle que Rajoy dimita y convoque elecciones como salida “controlada y ordenada” de la situación. Pero el PP, al menos hoy, ha dicho que no.
Podemos: carta blanca
Sin modificar su ‘sí’ sin condiciones, Iglesias insiste en que un gobierno en solitario del PSOE no sería estable. "Me cuesta entender que Pedro apueste por construir un Gobierno con una fuerza que tuvo 84 diputados. Me parece más sensato buscar un gobierno más estable y plural, que además podría ser un ejemplo de gobierno en Europa”, señalaba.
El líder de Podemos asegura que si Rajoy dimite sería una jugada sucia y al tiempo deja aparcada su anunciada moción de censura para convocar elecciones si la de Sánchez fracasa. "He hablado con Albert Rivera y no tiene sentido explorar esa hipótesis de momento", ha dicho. "Tenemos claro que no tiene sentido ponernos a trabajar en esa hipótesis hasta el viernes si fracasa la moción, yo creo que no va a fracasar y no va a ser necesario ese escenario. Si el presidente dimitiera, revelaría la desesperación del PP por agarrarse cual garrapata al poder", añadía.
El 'sí' sin condiciones mantiene a Podemos en una posición secundaria a la que no está acostumbrado, pero esta postura permite a Iglesias redimirse del pecado original que le costó un millón de votos, su gestión de la investidura fallida de Sánchez en 2016. Es innegable el vértigo que siente la formación morada ante la posibilidad de que el PSOE se instale en la Moncloa. Si la iniciativa no prospera, la moción instrumental anunciada por Iglesias permitiría a Podemos recuperar la iniciativa política pero éste, al contrario que Rivera, no tiene prisa por ir a elecciones. No se siente en la mejor forma para batirse en las urnas y, menos, después de las críticas internas por la compra del chalé. Pero en ese caso sí tendría poder de decisión sobre la fecha de una convocatoria electoral. Con Sánchez, sabe que no. Las bases votarán hasta las 18:00h de este jueves para refrendar el apoyo al PSOE.