Boxeo con Hernando, guante blanco con Iglesias y desencuentro con Baldoví

A la misma hora que Mariano Rajoy regresaba a su despacho de registrador de la propiedad en Santa Pola, Pedro Sánchez se estrenaba en el banco azul del Congreso y el popular Rafael Hernando asumía el papel de ariete de la oposición en un partido abierto en canal por su propio debate sucesorio. Papeles y escaños intercambiados para la primera sesión de control en la Cámara Baja tras la moción de censura que ha deparado el primero de los duelos parlamentarios entre Pedro Sánchez y el incisivo portavoz popular que fiel a su estilo ha acusado al Gobierno de haber empezado a pagar el precio de pactar con «el populismo, los independentistas que dan golpes de estado y los amigos de la vieja ETA». Guión previsible que Hernando ha rematado con una petición a Sánchez para que no acabe con Zapatero y las consecuencias de su incremento del gasto público y que anticipaba con claridad la oposición que hará el PP, al asegurar que «tendremos lealtad a España, a los españoles, a la Constitución y al rey, pero no con usted, con usted lealtad: aquellos», remachaba Hernando apuntando a la bancada de Unidos Podemos y los nacionalistas. Sánchez ironizaba en su respuesta a calificar la intervención de Hernando de «nada populista» y pedía al PP lealtad no con su Gobierno sino con el Estado. «Le pido que sean tan leales como lo fue el PSOE con ustedes en la crisis territorial», espetaba Sánchez a Hernando al que ha reclamado que no haga oposición «a costa de debilitar aún más la convivencia» entre comunidades. «No agiten el agravio territorial. Para eso están otros grupos parlamentarios que no han gobernado y que resultan mucho más creíbles que ustedes», ha agregado antes de acusar al PP de haber provocado una crisis territorial de enorme envergadura. Descontada la guerra parlamentaria con el PP, la financiación autonómica ha aflorado como uno de los principales motivos de roce entre el nuevo Gobierno y algunos de los grupos que le apoyaron en la moción de censura. El asunto ha marcado el cara a cara con Joan Baldoví, de Compromís que, molesto, ha reprochado a Sánchez su rechazo a reformar el modelo de financiación. «Usted no le puede hacer un Montoro a los valencianos. No puede decir que pretende agotar la legislatura y no emprender el cambio de un modelo caduco e injusto. Sinceramente, señor Sánchez, nosotros no le votamos para que hiciera lo mismo que el PP», ha espetado desde el escaño el diputado valenciano. En su respuesta, el presidente del Gobierno ha reproducido los argumentos que ayer manejó en el Senado añadiendo el compromiso de impulsar mejoras en la financiación de todas las comunidades autónomas «a corto plazo», pero dejando para más adelante la reforma del modelo que, a juicio de Sánchez, no se podrá culminar en su globalidad en lo que resta de legislatura. «Tenemos que ser ambiciosos pero también realistas y mi Gobierno no va a mentir a los españoles», ha argumentado Sánchez para diferenciar entre lo que se puede y se hará «a corto plazo» y lo que tendrá que afrontarse en «el medio plazo». De guante blanco ha sido el mano a mano entre Iglesias y Sánchez a cuenta de la equiparación de los permisos de paternidad y maternidad que Unidos Podemos llevará al pleno de la próxima semana. «Podemos hacer cosas históricas», le decía Iglesias anticipando la predisposición de su grupo a colaborar con el Gobierno. «Le agradezco mucho su tono y su actitud», le respondía Pedro Sánchez que, sin embargo, se quedaba sin tiempo a la hora de explicar la posición de su Gobierno sobre la proposición de ley, más allá de la clara apuesta por «permisos intransferibles y convenientemente remunerados». Un debate que queda para la próxima semana y que con toda seguridad permitirá la admisión a trámite en el Congreso de la iniciativa para mejorar y ampliar esos permisos para padres y madres, desde una perspectiva igualitaria. Por cierto, los 134 escaños del PP le aseguraban hoy un abultado cupo de preguntas en la sesión de control pero no ha formulado ninguna ninguno de los cinco candidatos a presidir el partido que, a su vez, son diputados: Soraya Sáenz de Santamaría, María Dolores de Cospedal, Pablo Casado, José Manuel García Margallo y José Ramón García Hernández.

Boxeo con Hernando, guante blanco con Iglesias y desencuentro con Baldoví

Pedro Sánchez se estrena en la sesión de control del Congreso con reproches cruzados con el PP sobre lealtad institucional, colaboración con Unidos Podemos en materia social y de igualdad y un primer roce con Compromís a cuenta de la reforma del modelo de financiación autonómico

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