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Operación Salida

Consejos prácticos para reducir el riesgo de sufrir un accidente al volante este verano

Prácticas que hacemos mal al volante y sencillos cambios para corregirlas que quizás no todo el mundo conoce

Arranca la operación especial de verano.EFE

Madrid

Cualquiera que se ponga al volante este verano conoce o, al menos, debería conocer y respetar las normas básicas de circulación: el cinturón de seguridad correctamente abrochado, los niños bien sentados con sistemas de retención homologados, nada de alcohol ni drogas, tener pasada la ITV y un mantenimiento adecuado del vehículo, respetar los límites de velocidad y no creerse Fernando Alonso.

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Pero además de esas prácticas de obligado cumplimiento, hay otras que quizás no todo el mundo conoce y que pueden reducir el riesgo de sufrir o provocar un accidente. La Dirección General de Tráfico pide tenerlas en cuenta en los desplazamientos por carretera de este verano.

'Síndrome del carril izquierdo'

No es que circulemos por una carretera inglesa aunque lo pueda parecer. En cualquier autovía española de dos o más carriles, especialmente en fines de semana, puentes y operaciones salida, es habitual ver el izquierdo atestado de vehículos de forma permanente.

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El bautizado como síndrome del carril izquierdo es una práctica que provoca más retenciones, frenazos y accidentes. Además, circular por el carril derecho es obligatorio, salvo que tengamos que adelantar, manteniendo una separación adecuada con todos los vehículos que circulen por la vía. El reglamento general es claro al respecto: "Se circulará normalmente por el situado más a su derecha, si bien podrá utilizar el resto de los de dicho sentido cuando las circunstancias del tráfico o de la vía lo aconsejen, a condición de que no entorpezca la marcha de otro vehículo que le siga".

Y no es solo una recomendación: la DGT advierte de que no circular por el carril de la derecha, cuando está despejado, nos puede costar hasta 200 euros.

Posición incorrecta del conductor

Conducir con una mano, acomodarse contra el reposacabezas o aflojarse excesivamente el cinturón de seguridad tampoco son prácticas muy recomendables. Usar solo una mano impide tener la misma precisión que sostener el volante con ambas manos y en su correcta posición, puede llevar a que el coche se salga en las curvas más pronunciadas y supone reducir nuestro tiempo de reacción con un mayor riesgo de accidente.

Para lograr una posición correcta durante la conducción, conviene colocar bien el asiento antes de arrancar, apoyar la muñeca en la parte alta del volante con el brazo estirado y el respaldo del asiento no debe superar los 25 grados de inclinación.

El reposacabezas no es para repanchingarse sino un elemento de seguridad. Su función es limitar el movimiento del cuello y evitar el latigazo cervical. Lo adecuado es situar la cabeza a unos cuatro centímetros del reposacabezas y regular la altura para que el centro de gravedad de la cabeza (a la altura de los ojos) coincida con la parte resistente.

Cargado hasta los topes

El exceso de carga en vacaciones es uno de los puntos que más preocupa a la DGT en la época estival y recomienda revisar el equipaje y dejar objetos innecesarios como las cadenas de invierno o la baca.

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Por un lado, el coche cargado hasta los topes consume más: por cada 100 kilos extra, un 5% más de combustible. Pero lo más importante es la colocación de la carga en el maletero porque puede influir en la frenada, el comportamiento en las curvas o ante maniobras bruscas o inesperadas.

Los bultos más pesados deben ubicarse abajo y sujetos a los puntos de anclaje y los cinturones de seguridad, abrochados en los asientos traseros para evitar, en caso de colisión, que el equipaje entre en el habitáculo.

Objetos sueltos

Dejar el móvil sobre el salpicadero o llevar animales sueltos en el coche son malas ideas. En un choque a 60 km/h, un móvil golpearía a los pasajeros con una fuerza de 10 kilos y un perro pequeño impactaría con más de 500 kilos.

¿Cansado, yo?

El viaje también forma parte de las vacaciones y hacérselo del tirón, si es largo, no tiene sentido. Tráfico recomienda comenzarlo descansado y parar un rato cada dos horas o a los 200 kilómetros.

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La fatiga es un factor de riesgo al volante: el 20-30% de los accidentes de tráfico están relacionados con ella.  Visión borrosa, problemas para enfocar, caída de la agudeza visual, aumento de los parpadeos, frecuentes cambios de postura, bostezos o acomodos en el asiento pueden ser algunos de los síntomas de fatiga. El sueño es la respuesta última del cuerpo y no se puede controlar cuándo nos dormimos.

Algo en el estómago e hidratación adecuada

Al enfrentarse a un viaje en coche, ni sed ni hambre. No es conveniente empezarlo con el estómago vacío, sino comer variado, ligero, frecuentemente y varias veces a lo largo del día. Una alimentación poco adecuada favorece la somnolencia y disminuye los reflejos.

Estar siempre hidratado al conducir ayuda a mantener la atención y reaccionar con rapidez al volante. La deshidratación también produce fatiga muscular. El agua, los refrescos sin gas o los zumos de frutas y verduras frescas son perfectos aliados, mientras que los líquidos muy calientes y las bebidas gaseosas están desaconsejados. Tampoco conviene tomar más de dos tazas de café.

Por supuesto, el alcohol es el enemigo número 1 de la conducción.

Una temperatura razonable

Ventilar adecuadamente el interior del vehículo también mejora el viaje. Una temperatura muy baja, cuando en el exterior hace mucho calor, puede producir reacciones del organismo al cambio brusco y hacer que la conducción no sea segura.

Si no tiene aire acondicionado, es preferible evitar conducir a pleno sol, ya que conductor y pasajeros estarán más irritables y agresivos y pueden producirse casos de deshidratación.

Olvídate del móvil y no fumes

Las distracciones más frecuentes pueden amargar un viaje de la forma más absurda o, incluso, acabar en un susto o tragedia. Responder una llamada al móvil lleva 8 segundos y marcar nos distrae durante 13. Esto quiere decir que, a 120 km/h, el coche recorrerá 266 metros sin mucho control. Además, utilizar el móvil multiplica entre cuatro y nueve veces el riesgo de accidente.

Incluso aunque tu habilidad en WhatsApp sea sobrehumana, se tardan unos veinte segundos en escribir un mensaje, el tiempo que un coche que circula a 100 km/h tarda en recorrer 550 metros. El riesgo de accidente se multiplica por 23.

Encender un cigarro puede llevar unos cuatro segundos, que pueden distraer de la carretera durante 130 metros a una velocidad de 120 km/h. Multiplica por 8 el riesgo de accidente.

Ojo con los medicamentos

Puede parecer un tema menor, pero no lo es. Dos de cada diez conductores fallecidos en accidente de tráfico sometidos a autopsia en 2016 dieron positivo en psicofármacos. Los más peligrosos al volante son los ansiolíticos, los somníferos, los antidepresivos y los antihistamínicos. Entre sus efectos, destacan la somnolencia y la pérdida de reflejos, incompatibles con la conducción.

Síntomas de las alergias

Solamente los síntomas de un ataque alérgico ya pueden dificultar la conducción segura: encadenar estornudos retira la atención de la carretera hasta 15 segundos. Por lo que sus otros efectos, como alteraciones del sueño provocadas por la congestión nasal, suponen un riesgo real al volante.

Aitor Ordax

Aitor Ordax

Redactor y portadista en la mesa digital de los informativos de la SER desde 2009. Antes trabajé en...

 
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